lunes, junio 08, 2009

Transnacionales hacen negocio vendiéndonos nuestra agua

Expertos: se dispara en México el negocio del agua embotellada

Angélica Enciso L.

México ocupa el segundo lugar entre los países que más agua consumen, tanto per cápita como de líquido embotellado, por lo que esta producción se perfila como uno de los negocios más grandes y lucrativos. En tres décadas, en el mundo ha pasado de casi nada a ser la segunda mercancía que más dinero mueve, después del petróleo.

En la versión mexicana del libro Embotellados, el turbio negocio del agua embotellada y la lucha por la defensa del agua, de Tony Clarke, se incluye el capítulo Coca-Cola FEMSA contra México y América Latina, escrito por Octavio Rosas y Gonzalo Flores, del Centro de Análisis Social, Información y Formación Popular (Casifop).

Los autores destacan que de acuerdo con datos de 2007, México consumía 5 mil 885 millones de galones de agua embotellada, detrás de Emiratos Árabes Unidos, toda vez que el consumo anual por persona es de 205.5 litros, cifra menor a la de ese país asiático, el cual se ubica en el primer lugar.

“Como agentes impulsores de este ‘exitoso’ proceso se encuentran los gobiernos federales desde 1988 hasta hoy, muchos gobiernos estatales y municipales, organismos internacionales, asociaciones y foros mundiales, así como importantes empresas nacionales y extranjeras se reparten (disputan) el ‘oro azul’ arrebatado a las comunidades rurales (campesinas e indígenas)”, señalan.

Uno de los grandes ejemplos de destrucción y saqueo de los recursos hídricos en México, así como del privilegio de que gozan las trasnacionales como Coca-Cola, es la empresa Fomento Económico Mexicano (FEMSA), la cual tiene un manejo poco transparente, indica Rosas en entrevista.

Explica que esa opacidad consiste en que hay poca información pública disponible: se desconoce el tipo de agua que utiliza, de dónde la obtiene, cuánto paga por los derechos del líquido, especialmente en las zonas con gran escasez de recursos hídricos, acuíferos sobrexplotados, con intrusión salina y qué hace con sus aguas residuales.

Agrega que se trata de grandes monopolios que han crecido al amparo de los gobiernos federales en las más recientes administraciones, especialmente en la de Vicente Fox; el gobierno federal las deja actuar impunemente y construir monopolios. FEMSA lucra con recursos que tanta falta hacen en lugares como El Salto, Jalisco, y se localiza en sitios donde hay gran riqueza hídrica como Chiapas, en zonas como Morelos, pero al paso de los años vemos un deterioro creciente y sostenido en esas áreas.

El texto precisa que FEMSA fue fundado en 1890 y es la embotelladora de refrescos más importante de América Latina. Maneja 64 marcas de refrescos y agua; y de The Coca-cola company es la segunda más grande del mundo. Detalla que junto con el Grupo Modelo comparte el duopolio de la industria cervecera mexicana.

Refiere que de las concesiones otorgadas por la Comisión Nacional del Agua (Conagua), en términos de la cantidad del líquido extraído y aprovechado por las empresas de este sector, FEMSA se apropia de 49.1 por ciento del líquido, mientras que el Grupo Modelo (su principal competidor en el mercado de cervezas) concentra 36.4, Pepsico, 5.9 por ciento, Nestlé, 4.9, y Danone, 3.6.

Agrega que si tenemos en cuenta que la industria de refrescos, aguas y cervezas extrae cada año 122 millones 908 mil 506 metros cúbicos, los porcentajes de disposición de agua que hace FEMSA (casi la mitad de esa cifra) aparecen como una cantidad realmente descomunal, aberrante e inmoral. Sobre todo si la producción de refrescos o agua embotellada no representa una verdadera condición que favorezca la soberanía económica de ningún país, ni tampoco una elevación en la calidad de vida de la población y que, detrás de la expansión de la industria de embotellado del líquido, se esconde la privatización de los sistemas públicos de agua potable de la nación.

En el libro se menciona que aunque 75 por ciento del mercado de agua en el mundo todavía está en manos de comunidades locales –rurales y urbanas– que manejan sus recursos hídricos, la presencia y control que las trasnacionales, como Nestlé, Danone, Pepsico y Coca-Cola, entre otras, va en aumento.

Estas corporaciones, agrega, intervienen en el diseño de políticas en favor de la expropiación, privatización e incluso desnacionalización de los recursos hidrológicos de muchas naciones, lo cual perjudica directamente a las comunidades locales y favorece el desarrollo mundial del negocio del agua embotellada.

Refiere que para 2007 México consumía 52 por ciento de toda el agua en botella que se comercializa en América Latina, y aquí existen alrededor de 8 mil micro y pequeñas seudopurificadoras –comunidades, ejidos, asociaciones de colonos– además de 10 consorcios, 150 empresas grandes y 300 medianas.

De 310 millones de litros de agua pruficada que se consumen, 40 por ciento lo producen Bonafont, Nestlé, Coca-Cola y Pepsi. El resto del líquido lo embotellan comunidades y sistemas independientes.

En 2006, puntualiza el libro, la venta de agua embotellada en México, incluyendo garrafones de 19 litros, fue de 2 mil 554.74 millones de dólares y un año después llegó a 2 mil 778 millones de dólares.

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