sábado, julio 04, 2009

Los golpistas se envalentonan y se adelantan, peligran las democracias de América Latina

Sique

El viernes por la noche y el sábado, Rafael Correa, Cristina Fernández y otras delegaciones llegarán a Washington para participar en la Asamblea General Extraordinaria de la Organización de Estados Americanos (OEA), para confirmar el apoyo de su país al retorno del presidente hondureño, Manuel Zelaya, al poder tras el golpe de Estado del pasado domingo.


En esa asamblea, la OEA decidirá si suspende a Honduras del organismo regional, basada en el artículo 21 de la Carta Democrática Interamericana: "Cuando la Asamblea General, convocada a un período extraordinario de sesiones, constate que se ha producido la ruptura del orden democrático en un Estado Miembro y que las gestiones diplomáticas han sido infructuosas, conforme a la Carta de la OEA tomará la decisión de suspender a dicho Estado Miembro del ejercicio de su derecho de participación en la OEA con el voto afirmativo de los dos tercios de los Estados Miembros. La suspensión entrará en vigor de inmediato", reza el artículo.

Pero resulta que pasadas las 11pm de este viernes, cuando ya se encontraba activa la suspensión de garantías en el país, la vicecanciller de facto, Marta Alvarado, anunció en Cadena Nacional su retiro de la Organización de Estados Americanos (OEA).

Esta decisión de denunciar la carta del organismo implica el no reconocimiento de aplicación de las normas y de la jurisdicción de la OEA con lo que estarían evitando someterse a las sanciones de la misma.

Sin embargo, el artículo 143 de la carta del organismo establece que "Transcurridos dos años a partir de la fecha en que la Secretaría General reciba una notificación de denuncia, la presente Carta cesará en sus efectos respecto del Estado denunciante, y éste quedará desligado de la Organización después de haber cumplido con las obligaciones emanadas de la presente Carta".

De cualquier forma, los golpistas envalentonados decidieron retirarse de la OEA antes de que en la Asamblea se decidiera su suspensión. Insulza presentará un informe este sábado a los países miembros en la Asamblea General Extraordinaria convocada para estudiar el caso de Honduras.

Cabría preguntarse que harán una vez que lo estudien, aunque la verdad no hay mucho que estudiarle. Se trata de un grupo de poder apoyado por gorilas militares bajo las órdenes de Estados Unidos y la oligarquía hondureña que se le imponen al pueblo, de ahí que les valga madres si les aplican sanciones económicas pues de todas formas reciben dinero de los gringos y más cuando les están defendiendo su territorio en Honduras en el que tienen base militar y tropas, además de que estarían deteniendo la ola de izquierda que lucha por la democracia y la soberanía de los pueblos de América Latina. Es la única explicación posible.

Así que de momento lo que ocurre es que Goriletti y compañía han violentado la incipiente democracia de Honduras, han decretado estado de sitio, han suspendido las garantías individuales, tienen controlados a los medios de comunicación y podrán detener, desaparecer y asesinar a los hondureños que se les antoje si protestan por el golpe de estado que acaban de dar.

Es decir, se han burlado de la comunidad internacional, y como dijo uno de estos gorilas, "hagan lo que quieran" porque ellos ya tomaron la decisión de que Zelaya no sea presidente y de hacer lo que les da la gana con el pueblo.

Bajo este panorama nada se puede hacer pues la OEA no puede intervenir, la ONU dirá que no puede entrar si es un conflicto interno y más si los Estados Unidos no quieren. El pueblo hondureño queda prácticamente responsable de salir de esa situación a través de una lucha que se avecina cruenta con los militares en su contra y sin mayor ayuda. No sabemos que decidirá Manuel Zelaya mañana. Se me ocurren tres opciones:

1) Zelaya puede llegar con Cristina, Correa y D'Escotto (me imagino que Insulza como ya fue se desmarcará) como lo había planeado. El pueblo lo recibiría jubiloso pero con lo envalentonados que están los golpistas, los militares podrían reprimir al pueblo y él ser arrestado inmediatamente sin que sus acompañantes puedan hacer nada con las bayonetas apuntándoles.

2) Zelaya podría llegar solo, de forma clandestina y encabezar la insurrección contra el gobierno de facto, poniendo su vida en peligro.

3) Zelaya podría no llegar y solicitar asilo político con lo cual dejaría que el pueblo se defendiera solo.

Los hondureños ahora no sólo son responsables de derrotar a la dictadura de su país sino de impedir que la ultraderecha y los Estados Unidos obtengan un triunfo que sería nefasto para América Latina. Esperamos que los países del Alba que cuentan con gobiernos inteligentes que luchan por sus pueblos encuentren la forma de coadyuvar a que Honduras vuelva a la democracia y de frenar este acto de terrorismo que busca abolir el avance de la izquierda en América Latina. Quizás Lula y Cristina también ayuden porque de Europa por más que se haya solidarizado con Zelaya no se puede esperar nada.

En fin, que la cuestión está grave y el peligro acecha. Hay que estar alertas porque en Honduras se está jugando nuestro futuro.

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