martes, julio 07, 2009

Rodó la cabeza de Germán Martínez

Lilia Arellano

“Tras un recuento electoral. Sólo importa quién es el ganador. Todos los demás son perdedores”.- Churchill

El gran festín para candidatos priístas y sus dirigencias no se hizo esperar. Prácticamente duplicaron el número de curules con el que cuentan en el presente y, aliados, tendrán, sin duda, mayoría. ¿Es esto suficiente para celebrar que el tricolor triunfó? Porque el gran reto sigue siendo la gran masa, la inmensa mayoría que se abstiene de ir a las urnas y cuya presencia, de hacerse legal, le daría el más absoluto de los triunfos, muy por encima de los obtenidos por cualquier otro partido político e incluso con una alianza entre todos los que están registrados. Eso sí, como en el pasado, la piedra del castigo hizo su aparición y la cabeza de Germán Martínez rodó, rodó y llegó en bandeja de plata hasta Los Pinos.
Señalar una vez más que el gran triunfador de estas elecciones fue el abstencionismo parece ya muy gastado. Se habla de ello en todas las elecciones, en las municipales, en las estatales, en las federales, en las sexenales, en las intermedias, una, otra y otra vez. No parece que al paso del tiempo y las experiencias sea este un renglón al que los partidos, los políticos, los dirigentes, el propio gobierno le preste mucha atención. El chiste es ganar por ganar, no importa si el tan celebrado triunfo no representa sino a una minoría.

El tema, una vez que se conocen estos resultados es la contienda del 2012. Ya se habla de quién o quiénes deben o pueden ser los candidatos tricolores para retornar a la presidencia de la República. Descaradamente, el candidato de Televisa es nombrado en varias ocasiones con el reconocimiento a su coordinación y a la autoridad que solo ese medio le confiere sobre el resto de los gobernadores priístas a los que hacen referencia ya como “empleados” de Enrique Peña Nieto. Es el bueno, es el conciliador, es el indicado para que ese partido vuelva al máximo poder, siempre y cuando se unan y lo apoyen.
Porque en la relación aparece una Beatriz Paredes a quien algunos pretenden endilgarle los triunfos a su dirigencia cuando, sabido es, la tlaxcalteca dejó que los mandatarios estatales pusieran a los candidatos a los que, obviamente, se comprometían a llevar al triunfo y se guardó para ella y su equipo las plurinominales, lo cual le causó enfrentamientos por doquier al pretender quedarse con más del 50 por ciento de ellas y, claro está, ocupando los primeros lugares. La mujer que en las primeras entrevistas le dio cuantas vueltas pudo a la interrogante sobre el triunfo o la derrota en Sonora poco o nada tiene que ver con la conquista de curules por la vía del voto, aunque tampoco fue la labor de Peña Nieto ya que Manlio Fabio Beltrones hizo lo suyo y Natividad González Parás, también.
En pregunta de la manera más ociosa ¿cuál PRI ganó? Hasta ahora sólo hay uno. El mismo de hace casi 80 años. Con esa estructura anquilosada, rechinante, pero con un contrapeso en el abstencionismo puede seguir conquistando triunfos. Ahora que más valdría analizar con quiénes, con qué perfil, ganaron gubernaturas y curules. Por principio habría que situarnos en Nuevo León, con un candidato joven, desconocido, sin más apoyos que los del gobernador y lo que se consideró su terquedad de hacerlo sucesor. Se enfrentó a quien no le fue reconocido ningún éxito durante su corta estadía en la gubernatura.

Desconocidos con poder
Rodrigo Medina cuenta en su haber con una trayectoria muy corta, por lo tanto no le ha hecho ningún daño a un número importante de pobladores en esa Entidad. Tampoco ha hecho ningún bien ya que su papel ha sido el de obedecer. Pero no tiene cola que le pisen y su juventud se impuso por encima de un viejo carcamán, que responde a intereses que tienen insatisfechos e inseguros a los habitantes de esa Entidad y el revés no tardó en llegar. La ventaja no tiene precedente en los últimos procesos electorales. Fernando Elizondo no quiere saber nada de Germán Martínez y su discurso recordando a la Banda del Recodo.
O sea que “Nati” ganó con un desconocido. Querétaro tiene la misma experiencia y ahí se ve mucho más clara porque el gobernador es panista. Sólo quien no tiene antecedentes de perjuicios a la sociedad pudo haber recuperado esa plaza que se consideraba bastión de los blanquiazules, aunque también habrá que anotar que tuvieron el respaldo a la callada de un Diego Fernández de Cevallos quien conservará todas las canonjías con las que actualmente goza y tal vez hasta más con el pretexto de unificar a los políticos por encima de los partidos en bien de la población. José Calzada obtuvo también una holgada ventaja sobre el panista Manuel González al que le hicieron pagar todos los errores de un Ignacio Loyola, incluyendo la demolición de un edificio que pretendería albergar a menores y todos los desmanes de un Francisco Garrido Patrón quien anda como la zarzamora intentando ser recibido en Los Pinos para “explicar”.
En Campeche ni toda la voluntad presidencial ni el dinero de los Mouriño lograron vencer a Fernando Ortega Bernés, quien nació con el sello de triunfador. Ya antes dejó en el camino a los panistas, en otras elecciones, para otros cargos incluyendo el que ostentaba hasta su candidatura: la senaduría. Mario Ávila no pudo remontarlo y, aunque ganaron la capital, lo que más les duele es la derrota sufrida en Ciudad del Carmen, ya que ahí se concentra el capital económico que más les interesa y que está relacionado con las actividades por las que “papá” Mouriño ha establecido tantas relaciones en España: la inversión petrolera. El cacicazgo de los Mouriño está -esperan los campechanos que confiaron en Ortega Barnés- próximo a su fin, lo cual no necesariamente quiere decir que deba sacar sus empresas y su dinero, sino situarse en su realidad de extranjero.
El colimense Mario Anguiano tampoco ha sido un figurón dentro de la política nacional aunque sí muy conocido en su localidad, tan es así que nada le hizo la intensa campaña patrocinada por los panistas que lo relacionaba de manera más que directa con actividades ligadas al narcotráfico. La panista Martha Leticia Sosa, volverá al Senado y sus primeras expresiones fueron sobre la intentona de hacerle la vida imposible a su ex contrincante, ignorante como es de que poco puede hacerse en contra de los mandatos ya constituidos y si no lo cree así que le pregunte a su jefe Felipe Calderón para que le dé unos cuantos ejemplos de cómo se ha venido manejando pese al cúmulo de señalamientos por errores, omisiones y declaraciones. El PRI encontró en Anguiano otro candidato al que poco se le podía señalar desde el centro y simplemente se dedicó a levantar la imagen local.
Por lo que respecta a Sonora, es aquí en donde queda debidamente demostrado que la señora Beatriz Paredes poco o nada hizo en cada Entidad ya que siendo Eduardo Bours enemigo de Manlio Fabio Beltrones y sin el debido respaldo de la dirigencia nacional ha tenido que enfrentar solo todos los señalamientos y denuncias que sobre la guardería ABC y los 48 infantes muertos le ha endilgado como único responsable. Sólo que no es esta la primera vez que la gubernatura de ese Estado llega a una resolución dictada en tribunales. El propio empresario Bachoco tuvo unos resultados similares y la contienda, al igual que ahora, fue cerrada con el PAN. San Luis Potosí tampoco tuvo la noche del lunes resultados finales y es otro ejemplo en donde la mano del sonorense Beltrones aparece ya que uno de los operadores estrella del tricolor fue Carlos Jiménez Macías, alias “la Carlota” o “la mujer barbada”, cuya admiración por la Paredes es innegable. Así que ¿quién o mejor dicho quienes manejaron la elección?
Frente al priísta Fernando Toranzo, poco o nada pudo hacer el severo Alejandro Zapata Perogordo quien no ha resultado precisamente una lumbrera en los cargos que ha ocupado, ni en los de nombramiento directo, ni en los de partido ni en las elecciones abiertas, y los potosinos si de algo están hartos ya es de los políticos y más de los que se comportan como su gobernador actual Marcelo de los Santos Fraga, a quien no le perdonan que instalara en esas tierras una academia federal de policía que los ha llenado de extraños que también se dedican a llenar bares y cantinas los días libres con lo cual se ha roto la tranquilidad casi mortuoria de ese pueblo.
Así pues resulta que sólo una de las seis gubernaturas que fueron disputadas en esta contienda tiene problemas y en ella aparece la mano de la Paredes de manera directa, muy directa y lo más probable es que ésta termine en los tribunales y no se duda que, incluso, sea anulada. El candidato priísta por Sonora, Elías Serrano está a la espera de las órdenes del gobernador confiado en que no habrá negociación y se llegará a donde se tenga que llegar, aunque de pronto a su equipo le entre el temor por la forma en la que ya el PAN festina el triunfo de Guillermo Padrés, quien con todo lujo de prepotencia ya celebró sus primeras conferencias autonombrándose gobernador electo.

¿Alianzas o complicidades?
Instalados como ya se encuentran en la lucha por el 2012, los partidos políticos no parecen reflexionar sobre su presente y menos aún sobre su pasado, aunque hacen muchas, demasiadas cuentas alegres sobre su futuro. El PRI, según Beatriz Paredes, mantendrá sus alianzas con el Verde y con eso tendrán la mayoría que necesitan, falta saber para qué o cómo la van a utilizar y comprobar una vez más que no es sino habladuría, palabrería, eso de que aprendieron de las elecciones en las que han perdido la presidencia y que escucharán con mucha atención la voz del pueblo. Nada más falso si, como señalamos en párrafos anteriores, nos percatamos de que han ganado porque seleccionaron, no sólo en el caso de las gubernaturas sino también para las diputaciones, a hombres y mujeres de cola corta sin importar qué tan nula era su experiencia, con poco o sin pasado reprochable.
No hubo, realmente, campañas de cercanía con el pueblo y las promesas fueron las mismas y las patinadas y la falta de proyectos o de iniciativas serias brillaron por su ausencia, más aún aquellas que tienen relación directa con la economía de la gran mayoría, con la educación, con la salud, con lo laboral, con la regulación a los bancos, a las casas de empeño, con el freno a los abusos de todo tipo incluyendo los de autoridad, con la seguridad o simplemente con la tan sobada transparencia. Así pues ganaron con una minoría, ya tienen sus curules ¿y ahora?
Porque en Los Pinos se niegan a reconocer que hundieron a Acción Nacional, que las dirigencias impuestas no funcionan, que su máximo representante ha cosechado un gran rechazo de la población, que el 2006 no ha sido olvidado por un número igual o mayor de ciudadanos que los que votaron por el michoacano. El desempleo, el sembradero de cadáveres por todo el país, el fracaso de la lucha contra el narco, el manejo inflado de la influenza que logró la casi desaparición económica en los Estados que dependen del turismo, el grave daño a los bolsillos de las familias, el permiso sin límite a los bancos para que lucren y despojen de patrimonios a los ciudadanos, las alianzas con líderes corruptos y señalados como Elba Esther Gordillo y Carlos Romero Deschamps, entre muchos otros.
La impunidad con la que se han manejado los gobernadores panistas frente a la serie de acusaciones con pruebas en su contra y que los ligan, incluso de manera directa con los narcotraficantes. Los oídos sordos y la vista ciega ante corrupciones como las de los Fox, los Sahagún; la protección a los grandes empresarios. La retención a la mala de las participaciones federales en momentos en los cuales los gobernadores atravesaban por momentos muy difíciles para poder cumplir con los compromisos de sus mandatos, el escamoteo sobre las participaciones petroleras, el fracaso de la política exterior, la intromisión en asuntos que corresponden exclusivamente a la decisión de los ciudadanos y sus gobiernos y sus países. Es un cúmulo de errores los que el 5 de julio ha pagado Acción Nacional y por ende Felipe Calderón al que de nada le sirvió el mensaje lanzado desde Quintana Roo la semana anterior en donde se percibía que ya estaba acomodándose para la derrota que veía venir.
Pero así como los blanquiazules y su jefe máximo no reconocerán abiertamente la culpa de su derrota, los perredistas, los “chuchos”, los “amalios”, el propio Carlos Navarrete, tampoco harán lo propio y se lanzarán sobre su figura preferida, Andrés Manuel López Obrador, culpándolo de su derrota, lejos, muy lejos de aceptar que la dirigencia que encabeza Ortega ha sido desde siempre rechazada y que de no ser por la alianza por todos vista de los amarillos con los azules, ésta no habría llegado y el PRD no se hubiese hundido de manera tan dramática como sucedió.
López Obrador tal parece que toma vuelo, que vuelve a arrancar desde Iztapalapa. Aunque hay otra forma de ver las cosas. Sin duda, el tabasqueño logró que ni el Partido del Trabajo ni Convergencia perdieran el registro, con lo cual, de darse un retroceso en la actuación de los “chuchos”, les permitiría ir de nuevo en una alianza que sería mucho más radical en su actuación dentro de la Cámara de Diputados desde donde, por lo pronto, puede augurarse que los que lopezobradoristas pugnarán por la reforma del estado planteada por el propio Porfirio Muñoz Ledo quien volverá a la tribuna.
Y, si bien la izquierda ha sufrido una severa fractura a causa de las imposiciones de los “chuchos”, también a ésta ha contribuido la actuación del ex candidato presidencial a quien ya urgen entre en definición ya que sus llamados a “aguantar” en santa paz solo le han servido al PAN para seguir gobernando como les viene en gana y al PRI para, como se ve, ahora resultar el gran triunfador y hay quienes dentro de esto recuerdan el pasado tricolor de López Obrador. En el DF la izquierda se alzó con la inmensa mayoría de las curarles federales, las ganaron bajo todas las banderas, pero el triunfo se lo atribuyen a Marcelo Ebrard y de ahí que los seguidores del tabasqueño hoy defiendan a piedra y lodo la calidad y no la cantidad.
Así las cosas, de 300 diputaciones de mayoría el PRI se queda con 134 que sumadas a las plurinominales alcanzan las 233 curules, más del 100 por ciento de las que tiene en la actual legislatura. El PAN, que tiene hoy 206, sólo logró 146 en total y de mayoría solo obtuvo 72 o sea menos de tres por cada entidad en promedio. El desplome perredista no conoce antecedente: tiene 127 y para el dos de septiembre sólo ocuparán su curul 72 o sea dos más de las que en estas mismas le vaticinamos y de mayoría sólo logró 41. El Verde logró llegar a la cuarta fuerza y de 17 pasa a 22 de manera directa, cifra que aumenta al considerar las que le llegan por su alianza con el tricolor. A excepción del Partido Social Demócrata, tanto el PT como Convergencia y el PANAL conservan su registro.

Carros completos
En diez entidades, al PRI no le vieron los de la oposición ni el polvo. No les dejaron nada. Campeche, Coahuila, Colima, Durango, Hidalgo, Morelos, Oaxaca, Quintana Roo, Tamaulipas y Yucatán cerraron filas y no le dejaron una sola curul federal a ningún otro partido que no fuera el tricolor, con todo y que Morelos está gobernador por el mismísimo PAN. De entre ellos, Quintana Roo es el gran ejemplo para los del Revolucionario Institucional ya que sus candidatos superaron hasta en un cien por ciento el número de votos que recibieron los abanderados de otros partidos, incluyendo, por supuesto, a su más cercano rival que fue, en los tres Distritos, Acción Nacional.
Por lo que respecta al Distrito I, que comprende Solidaridad, Cozumel, Isla Mujeres, Tulum, una franja importante en Benito Juárez y Lázaro Cárdenas, el triunfo de Roberto Borge aplastó de lleno a su contrincante Gustavo Ortega Joaquín y con ello sepultó sus ambiciones de llegar a ser el candidato blanquiazul a la gubernatura. Ocupará el ex alcalde cozumeleño una curul en San Lázaro merced al mañoso movimiento para hacerse de la candidatura y el registro en un buen lugar en las plurinominales y eso será siempre y cuando se aclaren las cuentas que le detectaron como irregulares durante su administración municipal.
Nunca hubo duda alguna de lo que sucedería en el Distrito II con Rosario Ortiz Yeladaqui como abanderada tricolor. El paso de “Charo” por la alcaldía de Othón P. Blanco, capital estatal, la experiencia adquirida lidereando de la Cámara local y la secretaría estatal de gobierno formaron una base sobre la cual el despegue ya auguraba un holgado triunfo, sin embargo se puso a trabajar como si nada de esto hubiese ocurrido y el respaldo de la gente no se hizo esperar.
Por lo que respecta al Distrito III en donde el candidato fue Carlos Joaquín González, fue abismal la diferencia entre la votación obtenida por el PRI y su más cercano contrincante el PAN, quienes además ocupan actualmente una curul bastante desperdiciada por la Garmendia y ahí está parte de las consecuencias que se suman al cambio de jinete en el último momento, a la “compra” de blanquiazules que ha hecho el aliancista Gregorio Sánchez Martínez y a ese juego establecido con la candidatura de la perredista Berenice Polanco. Aunque en esta contienda también participó el parentesco ya que no hay que olvidar que Pedro Joaquín Coldwell, ex gobernador y actual senador, solo se apareció para apoyar a su hermano Carlos en momentos clave y una derrota del ahora diputado federal electo también lo habría sido del propio Pedro y de toda la familia, lo cual por simple y primitivo reconocimiento a quien les abrió de nuevo la puerta y les ha dado un sinnúmero de facilidades para que dejaran atrás ese aire de derrota que acompañaba al también ex secretario de turismo y ex dirigente priísta y volviera a enderezarse y a presidir comisiones importantes en el Senado, al tiempo de ser nombrado delegado en una Entidad de gran importancia en varios rubros como lo es Nuevo León, no resulta comprensiblemente posible.
De esta forma, Quintana Roo dio muestras de lo que un buen gobierno puede hacer por su partido y sus candidatos sin necesidad de ensuciar la elección. Félix González Canto ha trabajo a brazo partido en huracanes, en contingencias económicas, en la de la influenza, ha sacado adelante a la Entidad en circunstancias en las que cualquier otro se hubiese amilanado. Su labor no ha buscado refugio ni ha lanzado argumentos para repartir culpas, éste gobernador no se preocupa, se ocupa, actúa, se mueve, logra, avanza, no se detiene en chismes ni en dimes y diretes y busca por doquier como solucionar problemas y evitar que crezcan los problemas. En la Entidad se dice que si hubo abstencionismo es porque Félix no estaba en las boletas, aquí no hubo ni abstencionismo ni voto de castigo.

( lilia_arellano@yahoo.com)

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