miércoles, agosto 05, 2009

La Delincuencia Organizada

Laura Bolaños Cadena

La causa del hundimiento de la economía nacional y del grave deterioro social que padecemos es una sola: la corrupción. El saqueo a la empresa pública ha dado al traste con los mejores logros que se alcanzaron gracias a la revolución de la que deberíamos estar celebrando un aniversario más, pero de las exequias.

Entre sus más altos logros estuvo la conversión de empresas privadas, la mayoría en manos extranjeras, en empresas propiedad de la nación. Y ha sido en éstas, que de inicio fueron motores del desarrollo, donde más se nutrió la raíz envenenada de todos nuestros males. No creo que la empresa privada sea ejemplo de honradez e incorruptibilidad; para muestra tenemos las grandes compañías armamentistas, los grandes laboratorios y las multinacionales. Seguro que hay gente honrada sobre todo en la pequeña y mediana empresa, pero el gran capital suele ser, además de inmoral, implacable e inhumano. Lo estamos viendo. Ni tampoco creo que toda empresa pública sea corrupta por definición, todo depende de qué clase de gobierno la maneje.
Pero ahora nos referimos a nuestro caso concreto. El recién descubierto saqueo a PEMEX por parte de funcionarios y trabajadores sindicalizados es sólo una parte de lo que ha estado sucediendo en la empresa pública más grande y rica de nuestro país, la que aun así, fue base de la economía nacional; pero no sabemos en qué momento se convirtió en una gigantesca fuente de corrupción. Desde las formas corruptas de obtener una plaza que significaba buen sueldo y generosas prestaciones, hasta los contratos y el saqueo directo, PEMEX ha sido rica presa asaltada por millones de predadores.
Empezando por el exceso de personal. Hace años, antes de las primeras crisis, funcionarios petroleros venezolanos de visita en México mostraron gran extrañeza ante la desmedida cantidad de empleados de la petrolera mexicana. Petróleos de Venezuela, comentaron, siendo una empresa más productiva, trabaja con mucho menos gente. Pero PEMEX, entre otras cosas, era (¿es?) el nido de recomendados de funcionarios, desde la Presidencia para abajo, del nepotismo y la venta de plazas sindicales; esto último a partir de los charrazos asestados al sindicato cada vez que los trabajadores lograron colocar una dirección honrada y patriota que veía en primer lugar por los intereses del país. Los honrados estorban.
Esto mismo ocurrió, para hablar sólo de otras dos grandes industrias nacionalizadas, en la minería y los Ferrocarriles Nacionales: ante la derrota de las direcciones honradas y patriotas seguida de la imposición de líderes oficialistas a quienes se dejó manos libres para la corrupción a fin de convertirlos en incondicionales del sistema, la base trabajadora cayó en la desmoralización, y esto se ha reflejado en la sociedad en general. Contra el gobierno no se puede hacer nada, sólo queda resignarse y adaptarse a la situación, o sea entrarle también a la corrupción. Si todos roban, no voy a ser yo el único tarugo. Los honrados siempre pierden, el que transa avanza.
Es doloroso lo que está sucediendo en el país. El saqueo a PEMEX del que nos estamos enterando es elevadísimo y muy grave, además de evidenciar la colusión entre funcionarios y trabajadores. El monto del saqueo es elevadísimo; se habla de $30 mil millones al año, o sea que habría podido construirse una refinería cada año con ese dinero, pero... ¿cuánto más se esfumó durante el sexenio de Fox cuando los precios del petróleo se elevaron a cifras no vistas ni esperadas? El gobierno actual no ha respondido a esta pregunta y los legisladores que en algún momento reclamaron respuesta, han acabado por quedarse callados. Con los excedentes de aquellas ventas habríamos tenido reservas suficientes para paliar esta última crisis.
“El enemigo está adentro”, denuncia en entrevista de prensa Armando Subirats Simón, ex funcionario de PEMEX. Pero no nada más ahí. Antes de la actual expansión del narco y la delincuencia en general, un funcionario de la PGR dijo muy en serio que se incrementarían las pesquisas para detectar al crimen organizado; a lo que contesté en un artículo que no tenían que ir muy lejos para encontrarlo. Ahí lo tienen adentro.

Los intereses prioritarios
En tanto se derrocha en una dizque lucha contra el crimen organizado, se recortan recursos a la UNAM y se le sigue presionando con la admisión de más estudiantes, que materialmente, físicamente, ya no caben. Cientos de miles de jóvenes quedan cada año sin oportunidad de continuar estudios debido a que no existen centros de estudio suficientes. La UNAM, el Poli y la UAM están a reventar. Y las exigencias y reclamaciones se dirigen a las casas de estudio y no a un gobierno que además de incapaz, no tiene interés en la educación y la cultura.

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