lunes, septiembre 21, 2009

Debate Calderón–AMLO

Indice Político

El debate es masculino; la conversación es femenina.
-Louise May Alcott-

Nos lo deben desde el 2006. Un debate en el cual el principal opositor al señor Felipe Calderón, el señor Andrés Manuel López Obrador, zanje sus no pocas diferencias: visión de Estado, proyecto de desarrollo y, coyunturalmente, medidas emergentes ante la crisis, entre otras.

La fórmula —tan sencilla que nadie se fijaba en ella—, acaba de ser propuesta por quien cobra como secretario de Gobernación, el señor Fernando Gómez-Mont, así y lo haya hecho en el plano de lo estatal y, muy concretamente, para el caso de Veracruz.Sucede que en la entidad costera al Golfo de México hay una especie de “pique” entre dos personajes políticos. Muy constantemente, a veces semana tras semana, los medios reproducen una tras otra declaración del director general del ISSSTE, el señor Miguel Ángel Yunes Linares, contra el señor Fidel Herrera Beltrán, gobernador veracruzano, y de las acciones de su administración en la entidad.De carácter bronco, áspero –lo que le venía muy bien en tanto desempeñaba funciones policíacas y se codeaba con delincuentes—, Yunes ha instaurado una suerte de shadow cabinet en el que él solito desempeña todos los cargos, pues lo mismo descalifica acciones legislativas del Congreso estatal, que solicitudes de auxilio para que en zonas damnificadas por las lluvias se aplique el programa estrella del Ejército Nacional Mexicano, el Plan DN-III, o incluso nombramientos de colaboradores del Ejecutivo veracruzano, lo que constitucionalmente sólo a éste incumbe.La andanada es constante, además, dado que el ex priísta y ahora panista no pierde oportunidad de hacer presencia en su solar natal, ya porque ahí mantiene su residencia oficial, ya porque constantemente inaugura clínicas y hospitales de la dependencia federal a su cargo, que los derechohabientes de otras entidades distintas a Veracruz no tienen la “suerte” de poseer. El señor Yunes está en precampaña por la candidatura del PAN al gobierno de Veracruz.Manco no es, por supuesto, el señor Herrera Beltrán. Con sutileza las más de las veces, acusa el golpe y lo devuelve.La situación, pues, es más que tirante.A grado tal que en no pocos medios locales y en muchas más tertulias, el comentario borda no sobre la conocida y añeja malquerencia que ambos personajes guardan uno para con otro, sino en torno a una aparente animadversión de la actual Administración federal blanquiazul contra el gobierno tricolor veracruzano, en la cual el señor Yunes sería una especie de ariete.El más reciente viernes, el señor Gómez Mont aclaró paradas. No hay tal. La “bronca” no es del señor Calderón contra el señor Herrera. La bronca es del señor Yunes, y nada más.Al ser interrogado al respecto por representantes de los medios locales veracruzanos, el ocupante de la casona de Bucareli, conocida cual palacete de los Cobián, respondió:“Asumo que esa es la opinión de Miguel Ángel… Miguel Ángel es mi amigo y es un hombre gallardo que tiene su forma de hablar (sic), pero no puede, ni debe realizar acto alguno que vaya en contra de la concordia, puede hablar fuerte, puede presentar sus opiniones… eso nutre la vida política y el color… y eso en Veracruz no es nuevo… sería algo nutriente para el país, pero a nadie le está permitido actuar contra la concordia… dentro de la concordia se puede hablar y hacer política… si los estilos les gustan a unos y no a otros es un problema de preferencias y eso se refleja en las jornadas cívicas”.Hoy que el señor López Obrador presenta su propuesta económica y fiscal, en aras de la concordia que el señor Gómez Mont predica, bueno sería que la misma fórmula se aplicase a los diferendos que los ex candidatos presidenciales mantienen.Un debate, como el que propone para el affaire Yunes – Herrera.Un debate para zanjar, definitivamente, el problema que mantiene polarizada a la sociedad nacional: AMLO – Calderón.Habrá quien diga que representan pesos distintos. Así es. También distintos son los pesos Yunes – Herrera.Pero no estaría nada mal el debate Calderón – AMLO.
Nos lo deben, desde el 2006.

Índice Flamígero: Imprescindible la opinión del psicoanalista José Antonio Lara Peinado sobre “El Psicópata del Metro”, en referencia al personaje que fue objeto de toda la atención mediática el viernes anterior: “¿Qué es lo que detona que un sujeto se convierta en psicópata? En primer termino su estructura familiar, su historia y el contexto en el que nació. Sin embargo es muy importante explicar que, en la mayoría de los casos, la psique se defiende de muchas maneras para mantener, en la medida de lo posible, reprimidas estas pulsiones psicópatas. Entonces volvemos a la pregunta ¿qué detona que un sujeto se convierta en psicópata? La crisis actual, el manejo televisivo de la muerte, los discursos que hablan de guerra, de sangre, de influenza. Todo lo que se está viviendo en el país puede ser el detonante de personalidades psicópatas. No había de extrañarnos esto. A su manera, muchos políticos tienen dentro de sí una estructura psicopática. Luego, entonces, junto con la televisión se convierten en los promotores de estos desequilibrios. Inclusive, en muchos delirios que hemos encontrado en pacientes esquizofrénicos están las caricaturas como principal componente de esos delirios. Hemos de recordar que el principio de realidad es en sí, el principio que rige un equilibrio entre el intelecto, el afecto y la voluntad. Cuando un sujeto olvida el principio de realidad, obviamente afecta su intelecto, su afecto y su voluntad.” Y sí, hay muchos políticos que viven fuera de nuestra realidad, ¿o no?

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