jueves, octubre 08, 2009

¿Por qué el Che?


Por ti Lucía, dijo el 2 de octubre la gran manta al frente de la marcha luctuosa e indignada ante la impunidad del Estado. Por ti Lucía Andrea Morett que no dudaste en ir con tus tres compañeros y la compañera Verónica al campamento del responsable de relaciones internacionales de las FARC-EP.
Había que seguir la huella bolivariana actual luego de discutirla en el coloquio de Quito de febrero de 2008. No pudieron enterarse de nada y menos de la famosa cultura fariana con sus cantos, poemas y representaciones teatrales. Deliberadamente, el ejército colombiano apoyado por la base militar yanqui de Manta, Ecuador, desde donde fueron disparados no menos de doce misiles con bombas de fragmentación que masacraron todo lo existente en el campamento de Sucumbíos, salvo dos combatientes colombianas y Lucía quienes quedaron con sus frágiles cuerpos llenos de esquirlas imposibles de extirpar en las operaciones y los dolorosos tratamientos sufridos en el hospital ecuatoriano donde el ejército no dudó en interrogar a Lucía mientras se retorcía por los dolores. Por ti Lucía que luego del refugio nica supiste regresar a terminar la tesis sobre TEATRO COLECTIVO EN COLOMBIA que no puedes presentar frente al jurado de tu examen profesional ya tramitado mientras la ficha roja de la INTERPOL funciona ante la amenaza de extradición a Colombia pero también a Ecuador donde el juez de Sucumbíos quiere procesarte a ti, la víctima y testigo sobreviviente de la invasión colombiana a Ecuador. Conmovedora fue tu bienvenida a la Faculta de Filosofía y Letras de la UNAM en un prado donde la plataforma de periodistas estuvo atestada. Con la película Los Héroes Están de Luto, del puntual Salvador Díaz o con otros testimonios filmados y para sorpresa de los prudentes políticamente correctos, volviste a las andadas de la defensa del derecho a la investigación, de la plena autonomía universitaria. Bien por ti Lucía, por tu decisión de vencer y dar un buen ejemplo de tenacidad pese a las campañas infames de la prensa vendida con todo y televisoras asociadas. Dirán que no procede homenajear al Che hablando de Lucía, pero se trata de mostrar el sentido de la consigna de los pioneros cubanos: Seremos como el Che.También el Che insiste en la voluntad y la digna rabia. Desde la carta a sus padres escrita en la prisión para deportables de la Secretaría de Gobernación de México, hasta la carta final a sus hijos para que se indignen ante las injusticias de todos en todas partes, el Che se autoconstruyó como guerrillero heroico con todo y asma hasta dejar de ser únicamente el médico de los combatientes del Granma y alcanzar el grado de comandante de una de las columnas revolucionarias.Luego de expulsar a Batista huido por aire como otros tiranos a su paraíso yanqui, vinieron responsabilidades grandes como la de contener en el enorme cuartel tomado de La Cabaña, los ímpetus justicieros revolucionarios. Por ahí habría que rastrear la contención del deseo en beneficio de la justicia revolucionaria. Había que dar ejemplo de consistencia y fortaleza todo el tiempo, con el comportamiento cotidiano, con la supresión del esparcimiento personal ante las mil urgencias, con el desprecio de los privilegios para no ser más que nadie y trabajar más que todos con la línea de servir a la humanidad entera y en concreto, al pueblo necesitado y no al provecho personal. De aquí el Che descargando barcos en el muelle, surtiendo tabiques y cemento para las viviendas de los trabajadores, probando tractores, cortando caña y a la par, robando horas al sueño escaso para estudiar. Pero esto ya ocurrió cuando el guerrillero fue transformado primero en presidente del Banco Central y luego en Ministro de Industrias.Un banco, y más el central en un proceso revolucionario no debía ser sólo el facilitador de créditos con intereses baratos. Tendría que ser un organizador financiero del tránsito al socialismo en condiciones adversas del capitalismo mundializado y con la permanente amenaza yanqui. De aquí la urgencia de la planificación integral para no caer en el estado benefactor pero capitalista. El Ministerio de Industrias fue organizado para superar los afanes del anarquismo primitivo autogestionario para el que cada fábrica, cada empresa, cada factoría campesina, cumpliría individualmente la máxima de a cada quien según sus necesidades. Había que completar esto con las capacidades nacionales, esas que nunca antes habían sido más que palabras huecas salvo en los revolucionarios de Nuestra América como dice Martí. Iniciar desde el principio la liquidación de la ley del valor dijo el Che para recibir las críticas de comandante Alberto Mora desde el Ministerio de la Reforma Agraria enfrentado a mil carencias y atavismos y la del teórico francés Charles Bettelheim quien trató de convencerlo de negar lo que parecía un buen deseo voluntarista.De aquí la grandeza teórica-práctica de Che al generar poder socialista con él mismo como ejemplo de vida cotidiana de hombre nuevo, con la emulación como fundamento de relaciones de producción revolucionarias donde se reconocen a los mejores y se trabaja para todos, con la profundización teórica que lo llevó a tomar lecciones de cálculo diferencial e integral para entender porqué y cómo desechar el cálculo mercantil del costo-beneficio. Esta ley del valor tenía que ser desechada en beneficio de la planificación integral en tránsito al socialismo. Por eso su repudio del Manual de Economía Política Soviético por superficial e ignorante del coloniaje y el subdesarrollo.De aquí la memoria reflexiva de los Pasajes de la Guerra Revolucionaria y de los diarios de combate no sólo como bitácoras sino como crítica y autocrítica. Cuando se atiende la recomendación de los reformistas de sólo ver en estos textos valores literarios separables de la carga voluntarista, habría que responder con la dialéctica histórica entre la voluntad de vencer y no de inmolarse la praxis transformadora de la vida cotidiana y de las instituciones donde tiene que crecer el poder crítico de los trabajadores, la crítica de las armas con el postulado del combatiente como educador, la tolerancia de que hay que injertar olmos pero también hay que sembrar perales.Por usted Comandante, es que sólo si la voluntad, el deseo y la temeridad, la honradez solidaria con la humanidad concretada en el núcleo compañero y el pueblo en lucha, se articulan con la reflexión teórica, el conocimiento técnico preciso, la crítica y autocrítica constantes del cochino burgués que todos llevamos dentro y la apropiación cultural amplia y profunda, podemos y debemos alcanzar la organización para triunfar y no sólo chocar en desventaja con el enemigo.


http://www.youtube.com/watch?v=Ofa3V-Ol0DI


En una edición especial para Cubadebate, la cineasta cubana Rebeca Chávez retomó las secuencias originales de su documental "Octubre de 1967" (1988) y reconstruyó el relato espeluznante de la última escaramuza del Che Guevara contra un batallón del Ejército boliviano que en realidad era dirigido, controlado y entrenado por el 8º Grupo de Fuerzas Especiales del Ejército de Estados Unidos, cuyo cuartel general estaba en Fort Gulick, Zona del Canal de Panamá.

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