viernes, febrero 19, 2010

Gómez Mont ¿candidato presidencial?


Fernando Gómez Mont, secretario de Gobernación.

José Gil Olmos


MÉXICO, D.F., 17 de febrero (apro).- El abogado Fernando Gómez Mont ha cobrado, a últimas fechas, notoriedad por diversas circunstancias que, irónicamente, han sido interpretadas por sus amigos como la oportunidad de ser considerado aspirante a la candidatura presidencial.

Pero nada tan surrealista que tomar como señal de catapulta para el 2012 su renuncia al PAN, los gritos de asesino de los deudos de los niños ejecutados en Ciudad Juárez, o el manazo en la cabeza que le propinaron los juarenses cuando acompaño a Felipe Calderón a tratar de recibir el perdón a su imperdonable error de llamar “pandilleros” a los jóvenes sacrificados por el narcotráfico.

Resulta un tanto irrisorio y hasta ridículo tomar como la causa principal de su renuncia al PAN una falta de comunicación con Calderón en las negociaciones que tuvo con el PRI para la aprobación del presupuesto a cambio del rechazo a una alianza con el PRD para las elecciones en varios estados, entre ellos Oaxaca.

El propio Gómez Mont ya aclaró que de estas negociaciones estaba enterado Calderón a través del dirigente nacional del PAN, César Nava, a quien también informó de los tratos que como secretario de Gobernación tenía con los priistas y perredistas.

Renunciar a una militancia fundadora del partido habría de tener otras causas de raíces más profundas, diferencias de fondo con Calderón y no negociaciones que cotidianamente tiene un secretario de gobernación con todos los partidos políticos.
Es probable que la decisión haya partido de la diferencia que tienen dos grupos fuertes en el PAN para elegir al próximo candidato presidencial. Ese parece ser el verdadero trasfondo.

Hasta donde se sabe dentro del PAN se han formado dos grupos fuertes que desde el propio gobierno viene empujando sus proyectos presidenciales. De un lado esta Fernando Gómez Mont, Diego Fernández de Cevallos, Antonio Lozano, Juan Molinar Horcasitas y Alonso Lujambio, siendo este último la propuesta para ser candidato en el 2012.

Del otro lado estaría Calderón y su grupo encabezado por Ernesto Cordero, Gerardo Ruiz Mateos, César Nava, Javier Lozano, Josefina Vázquez Mota. El primero de este grupo sería la apuesta para la candidatura presidencial.

En medio de estas dos capillas se moverían personajes como Santiago Creel, Manuel Espino y otros que también estarían en la lucha por espacios de poder. Pero para el tema de este artículo interesa ubicar a Gómez Mont y su grupo quienes desde el gobierno y el partido están trabajando su propio proyecto.

La pelea interna por el poder es lo que esta detrás de la renuncia de Gomez Mont a la militancia de su partido, sobre todo si es cierto lo que algunas voces que señalan que Calderón en realidad ya esta negociando pero con el PRI de Enrique Peña Nieto la transición del 2012.

Esta fractura panista habrá de manifestarse conforme pase el tiempo y será más clara con la renuncia de Gómez Mont a la secretaria de Gobernación pues es su estancia en esa dependencia cada día es más difícil ante las criticas internas en Los Pinos.

El abogado Gómez Mont responde a los intereses de un grupo más que a los de su partido y eso se ha expresado de manera clara desde que se retiró de la política por un tiempo para dedicarse a litigar casos substanciosos económicamente como el de Canal 40 contra Televisión Azteca.

Pero este grupo en el que está Diego Fernández de Cevallos ha regresado a la política de altos vuelos porque es ahí donde se consiguen los mejores negocios y eso si que no lo pueden perder. Y podría irse fortaleciendo en la medida que se acerca el final de Calderón cuyo gobierno parece estar destinado a confirmar el fracaso del PAN en el poder presidencial.

De ahí la necesidad de Gomez Mont de pintar una raya y alejarse a tiempo tanto de su partido como del gobierno.

Por eso difícilmente le podría interesar a Gómez Mont una candidatura presidencial marcada de antemano por el fracaso. Eso no es buen negocio y como abogado y como político lo sabe.

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