viernes, abril 23, 2010

Perros torturados en Facebook: ¿importa?

Julián Andrade

El trato a los animales revela mucho de las sociedades. Cuatro jóvenes subieron a Facebook un video de la muerte de un perro callejero por las mordidas que le propinaron dos canes de la raza Pit Bull.
Los jóvenes azuzan a los dos perros de pelea para que maten a un pequeño animal que es incapaz de defenderse.
Los Pit Bull son una raza entrenada para el ataque; en sus orígenes, en Inglaterra, fueron utilizados para combates con toros. Quien tiene uno de esos animales no puede llamarse a engaño y sabe de lo que son capaces. Los jóvenes lucen, en su página en la red, orgullosos de su hazaña. ¿Qué está ocurriendo?
Los chavos son estudiantes del Conalep en Nayarit, Nayarit. Saltaron a la fama de la peor de las formas y no estoy muy seguro de que estén arrepentidos de lo que hicieron.
Cuando les preguntaron por qué habían dejado que sus dos Pit Bull destazaran al otro animal, señalaron: “tuvimos un acto de ira incontrolada, porque el perro nos atacó primero”.
Ya asesorados afirmaron que “están muy jóvenes” como para calibrar el tamaño y las consecuencias de sus acciones. A los Pit Bull no les fue mejor, uno fue envenenado y el otro tuvo que ser regalado.
La violencia contra los animales no es algo novedoso. Algunas conductas criminales se explican por la crueldad experimentada desde la adolescencia o la niñez.
La periodista Lydiette Carrión escribió: “en México ningún partido ha hecho suyo el impulsar una Ley de Protección a los animales. Los animales no votan”.
Pero aún más, ya que “los perros callejeros no son de nadie. Entonces, cualquiera puede torturarlos, matarlos”.
Las imágenes en Facebook generaron un revuelo y una indignación inmediata. Ya hay grupos organizándose para que algo así no vuelva a ocurrir.
No hay datos sobre el nivel de crueldad hacia los animales y menos aún a los perros callejeros, aunque se puede intuir.
Es verdad que estamos sumergidos en un problema de alta violencia que nos hace perder el foco de otros fenómenos.
Lo que ocurrió en Nayarit se conoció porque los propios autores decidieron colocarlo en una red social. ¿Cuántas veces no sucederán dramas similares?
En Nayarit los tratos crueles contra los animales están prohibidos, pero el castigo no pasa de los 400 pesos y eso en el mejor de los casos.
La violencia, hay que recordarlo, debe ser extirpada de cada espacio de la vida pública.
Hay que analizar si estamos ante un síntoma de algo peor, o en la exhibición de la brutalidad sin consecuencias más grandes que las que ya conocemos.
Igual un perro callejero no importa, pero con razonamientos así terminaremos por renunciar a lo mejor de nosotros y a la capacidad de indignación, inclusive en una de las épocas más sangrientas de la historia.
julian.andrade@razon.com.mx

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