domingo, agosto 15, 2010

Europa y Estados Unidos expulsan inmigrantes

Barómetro Internacional

Ernesto Tamara

En las últimas semanas se suceden las denuncias de racismo y expulsión de inmigrantes en Europa, para no mencionar la nefasta ley de Arizona que entró en vigor este mes de agosto y puso a la policía a la búsqueda y captura, para su expulsión, de más de medio millón de inmigrantes sin papeles en ese Estado de Norteamérica.

Pero esta especie de ofensiva antiinmigrante no es sólo norteamericana. En los últimos años, varios países europeos han incluido leyes para expulsar a indocumentados mientras la Unión Europea gasta millones de euros en sistema de detención de africanos que intentan cruzar el Mediterráneo para buscar un trabajo, o detener a los europeos del este que buscan mejores condiciones de vida después de la caída del bloque soviético. Italia y Francia ya han criminalizado el ser inmigrante ilegal y pueden ser castigados con cárcel y deportados.

Las manifestaciones racistas se fomentan desde los medios de prensa y los aparatos de seguridad de los Estados que no se limitan a las funciones de vigilancia, sino que producen documentos, informes, que después filtran a la prensa para influir en la opinión pública. Por ejemplo análisis sobre los peligros de células terroristas islámicas dormidas en países europeos, planes de atentados que nunca se producen, etc.

Un ejemplo de esta inconsistencia es el informe de las agencias de seguridad norteamericanas que alertaban que España era un país de refugio de terroristas. En el Informe sobre Terrorismo en los Países en el 2009 del Departamento de Estado, se repiten los mismos clichés de la era Bush, y se sostiene que España se ha convertido en un "estratégico cruce de caminos para los grupos terroristas internacionales" debido a su situación geográfica y a los elevados números de inmigrantes norteafricanos y del sur de Asia. Un detalle para estimular la resistencia a la inmigración, ya que mientras el gobierno francés dice que hay una relación directa entre delincuencia e inmigrantes, Estados Unidos apunta a una relación con el terrorismo.

Curiosamente el informe fue dado a conocer mientras la primera dama, Michelle Obama pasaba sus vacaciones en España y visitando los centros de la cultura que la ocupación islámica de 700 años dejó en la península ibérica. O a los servicios de seguridad no les importa la que la primera dama pueda ser víctima de las organizaciones terroristas o saben que sus informes son puras especulaciones sin sentido.

Los medios de prensa han dado amplia cobertura al documento norteamericano, y no faltan quienes destacan esa advertencia a la presencia de inmigrantes norteafricanos y de Asia como posibles exportadores de terrorismo. La advertencia calza perfecta para la corriente antiinmigrante que se extiende en Europa desde hace algunos años.

Desde hace años la Unión Europea viene desarrollando infraestructura, financiación, y leyes para detener el ingreso de inmigrantes, pese a que la economía necesita de mano de obra extranjera para sostener la seguridad social de un continente que envejece.

En 2007 entró en funcionamiento un fondo para la frontera exterior de la Unión Europea por 1.820 millones de euros hasta el año 2013, más otro fondo de 1.100 millones para la repatriación de los indocumentados. Un año después de la creación del Fondo, el Parlamento Europeo sancionó una ley para unificar el tratamiento a los inmigrantes ilegales, autorizando la detención hasta 18 meses de los sin papeles, previo a su deportación.

A partir de 2008, los ‘sin papeles’ que sean detenidos en suelo europeo, podrán quedar retenidos en los centros de internamiento hasta 18 meses, mientras aguardan que se tramite su expulsión. Para dicha detención es requerida sólo una orden administrativa y, una vez ya expulsados, no podrán volver a la UE en cinco años. Esta medida rige también para los menores de 18 años.

Ese mismo año comenzó a sentirse en Europa los efectos de la crisis financiera iniciada en Estados Unidos con la quiebra de las instituciones de préstamos para viviendas. Varias instituciones financieras que especulaban con fondos en esos bancos comenzaron a sentir los efectos y la economía de los europeos sintió el sacudón. El desempleo aumentó en toda la zona euro, y junto con ello creció un sentimiento xenófobo y racista que ha llevado, en el plano político, a un mayor respaldo a los partidos de derecha y neonazis.

Partidos de derecha han aumentado su participación en los parlamentos de Italia, Austria, Holanda, Bélgica, Francia, se manifiestan más abiertamente en otros países, y en Suecia pueden llegar por primera vez al parlamento en las elecciones de septiembre próximo.

La crisis golpea más a los inmigrantes sin papeles

Como era de esperar, la crisis económica golpeó especialmente a los inmigrantes. En España, el país con mayor índice de esempleo de la región, la desocupación oficial llega al 20,09 por ciento, mientras que el paro entre los inmigrantes alcanza el 29,7 por ciento, según datos del Observatorio Permanente de la Inmigración (del Ministerio de Trabajo e Inmigración). Entre marzo de 2009 y marzo de 2010, más de 123.700 trabajadores extranjeros perdieron su puesto de trabajo.

Al mismo tiempo, los inmigrantes comienzan a abandonar España y Europa aunque se prosigue con una campaña para criminalizarlos. En 2009, 90.000 extranjeros abandonaron España, lo que supone la mayor salida bruta de extranjeros de toda Europa Mientras tanto, los inmigrantes deben cubrir esos puestos. Sin embargo, desde el gobierno se alienta frenar la inmigración a toda costa, pese al reconocimiento de que su aporte ha sido fundamental para sostener la seguridad social. No hace mucho, el ministro de Trabajo e Inmigración, Celestino Corbacho, aconsejó a los extranjeros que querían buscar una vida mejor que "tachasen España de la agenda".
Desde otras filas, el presidente de la Conferencia Episcopal, Antonio María Rouco, también se despachó contra la inmigración al sostener que la misma puede poner en peligro ”la desaparición de nuestra cultura, que se quedaría sin fuerza física ni vigor moral para sostenerse". Otros sectores políticos se han subido a la prédica de que los extranjeros llegan a quitarle el trabajo a los españoles. Pero, los datos oficiales siguen mostrando que los trabajadores locales desprecian determinados trabajos hasta en los períodos de crisis.

Un reciente estudio del Observatorio Permanente de la Inmigración, dependiente del Ministerio de Trabajo e Inmigración, señala que, a pesar de la crisis económica, los españoles no están regresando a los trabajos de baja cualificación (agricultura, construcción, servicio doméstico...). Uno de los últimos ejemplos sobre la resistencia de los parados españoles a ocupar empleos de baja cualificación se ha dado en Lleida. La Generalitat ofreció a 7.800 parados catalanes con experiencia agrícola un puesto para recoger la fruta de temporada y sólo lo aceptaron algo más de 1.500. El sindicato agrícola de Unió de Pagesos de Catalunya ha tenido que buscar en países de origen, como Colombia, a inmigrantes que quisiesen hacer estas labores.
Hace unos días la Federación Agroalimentaria de la Unión General de Trabajadores (UGT) de España reveló otro elemento poco divulgado. Durante el verano los jornaleros españoles se trasladan a trabajar en las cosechas en Francia donde reciben salarios muy superiores a los locales. Y aunque el informe no lo señala especialmente, deben ser los trabajadores extranjeros, inmigrantes legales o ilegales, los que deben recoger las cosechas españolas.

El sindicato recordó que por cuarto año consecutivo ha descendido en el país el número de jornaleros españoles. Aproximadamente 14.000 jornaleros se trasladaron este año a Francia, un 3,7 por ciento más que en 2009. El secretario de Migración del sindicato, Jesús Acauso, hizo un especial hincapié en las buenas condiciones ofrecidas en el país galo y a la diferencia salarial con el sector agrícola español. "El salario mínimo es de 8,86 euros la hora frente al 5,3 de media que se cobra en nuestro país" afirmó. Además destacó que las horas extras permiten obtener unos ingresos superiores puesto que si se trabaja más de las 35 horas semanales fijadas legalmente se cobra un 35%, y a partir de las 43 un 50%. "Por no hablar de otros beneficios como prestaciones sociales o alojamientos" finalizó.

Empresas españolas ganan en América

España, que ha sido siempre un país de emigrantes, se manifiesta cada vez más abiertamente contra los inmigrantes. Cabe recordar que la conquista y colonización de las Américas fue, en un sentido esquemático, una invasión de emigrantes españoles que se dedicaron a saquear y robar. Durante y tras la guerra civil en ese país (1936-39) otra ola de españoles emigró a diversos países, especialmente hacia América Latina. Hay decenas de miles de españoles registrados para votar en su país pero que viven en América. Los partidos políticos españoles, Popular y Socialista, tienen sedes locales en Buenos Aires y Montevideo, por ejemplo.

Hoy, mientras España cierra sus fronteras a los latinoamericanos, sus empresas regresan a América Latina para seguir expoliando y sostener la economía española.
Un informe de la semana pasada reveló que el banco BBVA, mientras que en España tuvo un retroceso del 9,7% respecto del primer semestre de 2009, en América Latina tuvo un crecimiento en las ganancias del 9,07%.

El principal mercado del banco en la región es México en el cual participa con el BBVA Bancomer. Allí obtuvo una cantidad total de ahorro captado por 47.108 millones de dólares, un aumento del 16,1% más que el año anterior. En Sudamérica el banco consiguió ganancias por 584 millones de dólares, un 7,6% más respecto a 2009, destacando Perú que fue el país donde registró la mayores ganancias, 321 millones de dólares. Mientras tanto Chile fue el país en el que las utilidades más crecieron, un 20,4% respecto de 2009.

También el gigante de las comunicaciones, Telefónica, logró ganancias en América Latina. Del total de sus ingresos, el 41,5% provenían de esa región. “América latina ha sido este año el motor de nuestro crecimiento”, señaló un vocero de Telefónica, que registró un crecimiento de los ingresos en la región del 10,2%. Asimismo, el banco Santander pronostica un aumento de sus beneficios del 45% para este año en América Latina, cuando el pasado año fue del 36%.

Repsol YPF presentó también ganancias por 1.740 millones de dólares en el primer semestre de 2010 gracias al fuerte crecimiento latinoamericano.

Para ganar dinero, a los europeos no les preocupa si lo obtienen de los “sudacas”.

ernestotamara@gmail.com

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