martes, agosto 17, 2010

Narcos chupando faros... y el misterio del pantalón café

Quién sabe de dónde salió ese dicho; pero cuando a alguien se lo está cargando la guayaba, así se dice: ese ya anda chupando faros. La frase puede ser oportuna porque Felipe Calderón (Lipe Botella) nos trae la excelente noticia que todos estábamos esperando: “Les vamos ganando la guerra a los narcos”.

La anterior declaración la expresó Calderón en Bogotá, Colombia, durante su reciente viaje a esos lares. Sus palabras no pudieron decirse en mejor lugar. En Colombia, todos lo saben, ya se derrotó a los narcos. Ya no hay Cártel de Cali, ni de Medellín, tampoco existe ya el cártel del Norte del Valle. No, los narcos colombianos ya fueron derrotados. Los capos que hicieron fama y fortuna en el negocio de la felicidad instantánea y fugaz ya están muertos, o en la cárcel.

Sólo falta explicar por qué más del 80% de la cocaína que se consume en el mundo, según reportes de la ONU y de la propia DEA, se sigue produciendo en Colombia. Cabe aquí la frase atribuida (al parecer falsamente) a Zorrilla: “los muertos que vos matáis, gozan de cabal salud”. Es decir, para estar muertos y derrotados, los narcos colombianos se miran bastante saludables, a juzgar por su participación en ese mercado, tan competitivo. Pero aquí ya los vamos a derrotar, igual que allá.

Secundando las declaraciones de su comandante, Genaro García Luna, secretario de Seguridad Pública, dijo que la mejor prueba de que la guerra ya se está ganando es la pacificación de Ciudad Juárez. “Están disminuyendo los índices de violencia en Juárez”, dijo el secretario. Eso sí, mientras don Genaro decía tal cosa, aparecieron otros diez cadáveres en las calles de esa ciudad. Quietos y en paz, ya para siempre, los cadáveres de Juárez son prueba de que Genaro y Felipe no se equivocan…la pacificación avanza.

El día de hoy, lunes 16 de Agosto, Felipe Calderón publica en Le Monde un artículo en el que le advierte al mundo, cada vez más horrorizado por la violencia en México, que “si ven polvo, es porque estamos limpiando”. Nada más que el mundo que voltea hacia México no ve polvo. Ve cuerpos humanos inertes, o partes de cuerpos, o pilas de cuerpos; ve metralla, bloqueos, secuestros, retenes donde se masacran niños; ve soldados matando estudiantes o violando ancianas. No, señor Calderón, definitivamente, no es polvo lo que se ve.

A propósito de la guerra de Felipe contra algunos narcos, circula en Ciudad Juárez una historia, basada en hechos reales, a la que podemos titular “El Misterio del Pantalón Café”. La historia tiene el antecedente de que en las visitas, pocas, de Calderón a la martirizada ciudad que lleva el nombre del gran liberal, se necesitaron hasta diez mil elementos militares y policiacos para resguardar su seguridad personal. Diez mil para cuidar a uno… y para lo que sirve el uno.

Bueno, pues en Juárez dicen que Napoleón Bonaparte, invariablemente, se presentaba al campo de batalla portando una chaqueta color rojo. Hacía esto el gran chaparro, dicen, para cuidar la moral de la tropa. Si se diera el caso de que Napoleón resultara herido, el color de su sangre se confundiría con el color de la chaqueta, preservando el ímpetu de sus soldados. Por eso los juarenses se hacen la siguiente pregunta: ¿Por qué cuando viene Calderón a Ciudad Juárez, siempre porta pantalón café?...¿estará relacionado el color de la prenda de Calderón con la moral de sus tropas?....mmm…¡qué misterio!

Martín Vélez

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