lunes, agosto 09, 2010

Manuel Borja y las turbulencias de Mexicana

Manuel Borja, director de Mexicana y Humberto Garza Treviño, subsecretario de la SCT.

Miguel Ángel Granados Chapa

MÉXICO, D.F., 8 de agosto.- Si en México se estilara numerar a los miembros de una dinastía, a la manera sajona, Manuel Borja Chico sería conocido como Manuel Borja IV (pues su bisabuelo, su abuelo y su padre fueron todos sus tocayos. Manuel Borja Soriano, Manuel Borja Covarrubias y Manuel Borja Martínez fueron profesores de la UNAM, donde se graduaron, y fueron prestigiados notarios. Sin ser abogado como sus ascendientes, Borja Chico está hoy, en su carácter de director general de Mexicana de Aviación, en medio de un conflicto financiero que el 2 de agosto entró en su fase jurídica, al pedir ser declarada la empresa en concurso mercantil, una figura jurídica que, modernizada y norteamericanizada sustituyó a la antigua suspensión de pagos del derecho mercantil mexicano.

Cuando Borja Chico asumió hace tres años, en julio de 2007, el principal cargo ejecutivo en esa aerolínea, la más antigua del país, se delineaba ya la crisis que ha puesto en jaque a esa empresa. El funcionario conocía bien los perfiles de la situación porque durante el año anterior había sido director corporativo de finanzas y administración. A diferencia de sus ancestros, Borja Chico es ingeniero industrial por la Universidad Iberoamericana y obtuvo en la Universidad de Texas en Austin una maestría en administración de negocios. Nacido en la Ciudad de México el 18 de enero de 1965, a su regreso del posgrado laboró en varias empresas hasta que llegó a niveles ejecutivos en el Grupo Posadas, el consorcio hotelero que maneja los establecimientos Fiesta Americana y Fiesta Inn y que ha sido dirigido por Gastón Azcárraga.

Cuando el gobierno federal resolvió disolver la Controladora Integral de Transporte Aéreo, que administraba para el Instituto para la Protección al Ahorro Bancario (IPAB) a las dos aerolíneas troncales de nuestro país, Mexicana y Aeroméxico, determinó también venderlas por separado. La decisión hizo disminuir su valor y, por lo tanto, sus compradores adquirieron gangas en los dos diferentes momentos en que fueron realizadas. El Grupo Posadas encabezó a accionistas que adquirieron Mexicana por 165 millones de dólares, con el compromiso de financiar la cobertura de sus pasivos e inyectar nuevos recursos a la empresa.

Muy poco después de la adquisición, realizada en diciembre de 2005, la empresa reclamó un primer auxilio de sus asalariados. Solicitó a la Asociación Sindical de Pilotos Aviadores, según acaba de recordarlo ASPA, “realizar esfuerzos extraordinarios” para reducir los costos laborales. “Nuestra organización aceptó, no sin dificultades, aportar de su contratación colectiva –es decir, salarios y prestaciones– cerca de 200 millones de pesos a lo largo de cuatro años”. La empresa, a la que en agosto de 2006 se incorporó Borja Chico, no se contentó con ese empeño sindical. Lo reclamó también de los sobrecargos, y al no obtener una respuesta satisfactoria, en 2007 planteó ante la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje un conflicto colectivo de naturaleza económica, mecanismo previsto en la ley laboral, una de cuyas consecuencias es la reducción de salarios y prestaciones. Aunque el tribunal del trabajo falló a favor de la empresa, la Asociación Sindical de Sobrecargos de Aviación (ASSA) acudió en busca del amparo de la justicia federal. Hasta la fecha el asunto está pendiente de resolución en la Suprema Corte.

Con ese antecedente, ASSA se puso en alerta ante la exigencia de hacer sobrellevar parte de los costos de la actual crisis: “Los accionistas nos proponen dejar sin empleo a 500 sobrecargos, que disminuyamos en más de 60% nuestras prestaciones e ingresos. Esta audaz propuesta (que se agrega a la de contratar cada cuatro años, sin revisión anual de salarios) es proporcionalmente semejante a la que se formuló a los pilotos”. Los sobrecargos respondieron con disposición “a cooperar, pero sólo si se demuestra que con nuestras aportaciones se salva la empresa y que además esto garantiza que siga adelante como un negocio rentable”.

Mientras formulaba en 2006 y 2007 estas demandas a sus trabajadores, la administración de Mexicana se aprestaba por su parte a disminuir el valor de la compañía. Creó dos aerolíneas de bajo costo, Clic y Link, que crecieron al punto de que hoy tienen a su cargo “el 95% del mercado nacional para Grupo Mexicana”, según lo hizo saber el propio consorcio. Se crearon otras empresas mediante el desmembramiento de áreas de trabajo de Mexicana, y finalmente, el 29 de diciembre pasado, hace apenas siete meses, fue creada otra controladora de las acciones, el Nuevo Grupo Aeroportuario, al que el Grupo Mexicana de Aviación vendió sus empresas y cedió los derechos para el uso de las marcas de la compañía. Por eso fue posible ofrecer, en una suerte de broma trágica, la administración de la empresa a los trabajadores mediante el pago de un peso, pues se les entregaría un cascarón que además debería pagar por el uso de su emblema y su denominación, a menos que se atrevieran a crear nuevas señas de identidad, una manera de repudiar la herencia que significa una trayectoria de 86 años, que se cumplirán el próximo 20 de agosto, pues Mexicana se constituyó en esa fecha de 1924.

En un claro doble juego, todavía el lunes y el martes de la primera semana de agosto, Mexicana siguió considerando como una opción ante su crisis el presentarse a concurso mercantil. Subrepticiamente ya lo había hecho el 2 de agosto, y su solicitud fue admitida a trámite el jueves 5. Al exponer en público las razones de ese paso jurídico, Mexicana dijo confiar en que el juez ordene “la continuidad de la prestación de servicios, con el objeto de preservar la operación de la empresa y garantizar al público consumidor que el servicio no será interrumpido y continuará en su beneficio”. Mientras esto declaraba, actuando en sentido contrario, la aerolínea anunció que no venderá más boletos, lo que equivale a una gradual pero inexorable suspensión del servicio. Es un acto suicida, pues dejará de obtener liquidez que le permita cubrir sus costos de operación, amén del pago oportuno de las obligaciones que se vencen.

He allí un modo bárbaro de pretender acabar con los contratos colectivos de trabajo. En el extremo, cuando se conviertan por esa insolvencia empresarial en acreedores de su patrón, los sindicalizados deberán pujar con otros intereses por la distribución de los escasos bienes que permanezcan en el patrimonio de Mexicana.

Ante esta situación en que el protagonista público es Manuel Borja The Fourth, no es impertinente una nota final sobre su familia paterna. En los términos en que la conocemos, la fundó Manuel Borja Soriano, durante décadas notario público número 36 de la Ciudad de México y muy notable como profesor en la Escuela Nacional de Jurisprudencia, luego Facultad de Derecho de la Universidad Nacional. Compuso un libro de texto para su curso, la Teoría general de las obligaciones, editado por primera vez en 1935 y que durante muchos años sirvió a los estudiantes de leyes, a los que puso en contacto con la doctrina europea, particularmente la francesa, en esa materia.

Su hijo, Manuel Borja Covarrubias, siguió puntualmente sus pasos. También dotado de fe pública –aunque él ganó la patente de la Notaría 47–, fue asimismo profesor en la facultad correspondiente de la UNAM, y como su padre y sus hijos, serviría igualmente cátedras en la Universidad Iberoamericana. Era un hombre apacible, de quien en el curso de 1962 recibí las lecciones contenidas en el libro de Borja Soriano. Al año siguiente fui alumno de su hijo, Manuel Borja Martínez –el padre del ingeniero Borja Chico– en el curso de contratos, que se impartía en el cuarto año de la carrera. Era adusto, lo que le daba una apariencia de mayor edad de la que tenía, impresión que se completaba con el traje de tres piezas que era su atuendo habitual. Recuerdo su severidad extrema en dos momentos. El primero ocurrió cuando se opuso a dar clase mientras permaneciera en el aula un vagabundo que pedía limosna en los corredores universitarios y al que los estudiantes llamaban Wama, porque su larga cabellera negra era idéntica a la de un personaje de historieta mexicana, dibujado si mal no recuerdo por Fernández Bassoco. Para hacer salir al enorme pordiosero, que era ciego, el arisco Diego Fernández de Cevallos se mostró dispuesto a echarlo por la fuerza, pero reculó cuando Wama blandió su bastón improvisado, en realidad un trozo de varilla de hierro corrugado, útil para defenderse de ese tipo de agresiones. La cordura de la mayoría se impuso, se pidió al gigantón que se retirara voluntariamente y Borja Martínez, muy incómodo durante el episodio, pudo impartir la lección correspondiente.

Al finalizar el curso me asestó, injustamente, aunque sin mayores consecuencias, una sanción nacida de su conciencia ética. El examen era público, y en un momento en que se examinaba la pachuqueña Irma Ponce, su amigo el actopense Simón Montúfar no resistió pronunciar en voz alta la respuesta que nuestra amiga no hallaba. Borja Martínez se molestó con quien había soplado, pero creyó que había sido yo. Cuando tocó mi turno, pidió al profesor que examinaba con él que se ocupara de mí, pues se reconoció prejuiciado en mi contra. Fue así como aprobé el curso de contratos ante el interrogatorio de Salvador Rocha Díaz, muy joven litigante entonces y hoy avezado partícipe en el foro, después de una carrera pública que lo hizo virtual gobernador de su natal Guanajuato –como secretario de Gobierno priista de un gobernador interino panista– y ministro de la Corte.

Borja Martínez dirigió durante dos periodos, de 1966 a 1974, el Departamento de Derecho de la Iberoamericana. Ocupó la Notaría 36, como su abuelo, y murió prematuramente, a los 57 años, el 3 de diciembre de 1990. La asociación de exalumnos de esa universidad jesuita lo ha honrado bautizando con su nombre una presea al mérito académico.

Operadores peligrosos

Blake y Calderón.

Jesusa Cervantes

MÉXICO, D.F., 6 de agosto (apro).- Los bárbaros del norte, como alguna vez le llamaron a los panistas que empezaban a llegar al poder, desde Ernesto Rufo Appel hasta Guadalupe Osuna Millán, parece que hoy extienden su territorio hasta la zona centro del país. Al querido chilango, pues.

Me refiero a Francisco Blake Mora, actual secretario de Gobernación y a su recién nombrado coordinador de asesores, Raúl Leggs Vázquez, un par de bajacalifornianos que se han caracterizado por su apoyo incondicional al presidente de la República en turno o al gobernador en turno.

Por ejemplo, en el caso de Blake Mora, llama la atención que, desde su posición como diputado federal en la Legislatura 2000-2003, formó parte de la Sección Instructora encargada de establecer los argumentos jurídicos para determinar el desafuero o no de Carlos Romero Deschamps y Ricardo Aldana, en ese tiempo también diputados y quienes estaban siendo investigados por su participación en el conocido Pemexgate.

El caso aquel donde hubo un desvío de mil millones de pesos de Petróleos Mexicanos (Pemex) hacia la campaña presidencial de Francisco Labastida Ocha; para dicho desvío se habría utilizado al Sindicato Petrolero, donde Romero Deschamps y Aldana eran --y siguen siendo-- dirigentes nacionales.

Blake Mora, junto Cuauhtémoc Cardona, también diputado federal panista y originario de Baja California, elaboraron un grueso expediente, donde se documentaba la participación de los dirigentes petroleros y el robo a la nación, dinero finalmente de los mexicanos.

El trabajo de Blake iba por la ruta del desafuero, pero bastó un jalón de riendas del entonces encargado del área jurídica de la Presidencia de la República, Daniel Cabeza de Vaca, para que el expediente cambiara de ruta y finalmente la Cámara de Diputados no pudiera desaforar a los líderes petroleros.

Blake, quien junto con Cardona, habían realizado un gran trabajo, decidieron no defender siquiera su propio trabajo y optaron por el clásico “sí señor Presidente”.

Si desde la diputación, un cargo que se supone tiene independencia total del Presidente de la República, Blake no tuvo la suficiente fuerza como para decir “no” y exponer sus puntos de vista, difícilmente lo podrá hacer ahora como secretario de Gobernación, desde donde seguramente habrá un recurrente “sí, señor Presidente” a Felipe Calderón sin siquiera atreverse a cuestionar sus órdenes.

Ya como secretario general de Gobierno en la administración del gobernador Guadalupe Osuna Millán en Baja California, Blake fue el encargado de realizar la operación política a favor de los candidatos de su partido, el PAN, en las pasadas elecciones.

Los resultados ya lo saben todos: fueron desastrosos para el PAN, y el debut de Blake como operador político fue desastroso; de ahí que también hoy se sospeche que sólo ejecutará órdenes de su Presidente.

El caso que más llama la atención es el recién nombramiento de Raúl Leggs como su coordinador de asesores.

Pero quién es Raúl Leggs, se preguntarán muchos, como lo hicieron cuando Blake fue nombrado.

Raúl Leggs era coordinador de Gabinete del gobernador Guadalupe Osuna Millán, cargo que dejó luego de que fue designado candidato a la presidencia municipal de Playas de Rosarito, en Baja California que, obvio decirlo, perdió.

Cuál fue la forma de operar de Leggs en su campaña. Desde aquellas tierras han llegado reportes de cómo pretendía ganar las elecciones. Según relatan sus adversarios, el equipo de campaña de Leggs, acompañados por funcionarios de Sedesol, delegación Baja California, acudían a las colonias y con los listados nominales en la mano que se utilizarían para la elección del 4 de julio pasado, ofrecía solución de problemas o despensas. En una palabra, se pretendió comprar el voto. Quizá la gente accedió en un principio, pero el mismo 4 de julio decidió cambiar de opción y ni los apoyos del gobierno estatal les bastaron para que votaran por los panistas.

Esta forma de actuar, práctica común entre los partidos políticos, no es extraña, pero sí se puede seguir cuestionando, ya que se sigue utilizando el recurso gubernamental para la compara de votos, acción que no habla nada bien de quien llega a un cargo como la coordinación de asesores. La pregunta es si como parte de la operación política de Bucareli estará la compra de los detractores del gobierno que día a día acuden a Gobernación en diferentes marchas.

Pero el nuevo inquilino de Bucareli tiene otra joyita en su pasado.

Notas publicadas en el norteño estado y fotografías enviadas a esta reportera, dan cuenta de un personaje muy cercano a Raúl Leggs y que formó parte de su equipo de campaña. Se trata de un expolicía municipal de Playas de Rosarito: José Luis Lugo Báez.

Este personaje, que aparece en las fotos de campaña de Raúl Leggs, fue detenido en febrero de 2008 en una casa de seguridad en posesión de droga, armas de uso exclusivo del Ejercito, uniformes policíacos y del Ejército. La detención se produjo luego de una denuncia ciudadana, en la que se decía que en el lugar había personas secuestradas y vehículos lujosos.

La Sedena acudió al lugar y solo encontró al quien después sería parte del equipo de campaña de Raúl Leggs.

El expolicía también empezó a ser investigado por su presunta participación en el atentado contra el secretario de Seguridad Pública de Playas de Rosario, Eduardo Montero, ocurrido en diciembre de 2007, donde resultó muerto uno de sus escoltas.

A Lugo Báez, el integrante del equipo de campaña de Leggs, según reportan desde aquellas norteñas tierras, estaba siendo investigado por secuestro, homicidio, protección al narcomenudeo y delincuencia organizada.

¿Cómo le hizo para salir libre de esa? ¿Y cómo logró estar en el equipo de campaña del nuevo coordinador de asesores durante su campaña por la presidencia municipal de Playas de Rosario? Nadie sabe. Pero sería bueno que el ahora asesor encargado de la política interna del país y desde donde se tiene todo un aparato de inteligencia, lo informe.

También puede ser real que Raúl Leggs no supiera a qué tipo de personajes tenía trabajando para él, pero de ser así, inteligente coordinador de asesores del inquilino de Bucareli acaban de nombrar. Alguien que debemos el beneficio de la duda, no sabía quién está muy pero muy cera de él.

El vaciamiento educativo y cultural

Alonso Lujambio, titular de la SEP.

Axel Didriksson

MÉXICO, D.F., 6 de agosto.- A unas semanas de dar inicio a las celebraciones centenarias, se vive en el país un proceso de vacío educativo y cultural, en el espanto de las muertes por violencia, de los jóvenes sin futuro, de la descomposición política y social, y de la ineficacia de las políticas de Estado.

La crisis económica que, se asegura, será muy prolongada, va de la mano con el deterioro de la escuela y de las posibilidades de desarrollo social y cultural del país. La pretendida recuperación financiera y de los activos públicos al nivel de las grandes potencias aparece en los debates económicos como bastante insegura, y la vuelta a una nueva fase recesiva apunta, hacia el siguiente semestre del año, de forma bastante fuerte. Para los países dependientes, como México y el resto de América Latina, la recesión ha sido más breve y la crisis se ha podido sortear con mayores expectativas (Cepal, 2010), pero nadie puede asegurar que el impacto de una nueva fase de recesión mundial no alcance a frenar y deshilvanar las condiciones favorables que se alcanzaron en estos meses pasados.

En el fondo, lo que no ha podido superarse es la creciente desigualdad en los ingresos, la ampliación de la pobreza, la exclusión educativa y cultural. Y es esto lo que tendrán enfrente los festejos, que buscarán resaltar una pretendida identidad nacional. Los pobres resultados de la transmisión educativa y cultural dan cuenta, mucho más de lo que se cree, de una verdadera catástrofe que no podrá ocultarse en la parafernalia de los festejos y en el derroche criminal de los recursos, cuando deberían prevalecer la austeridad y el debate sobre el cambio y la creación de nuevas instituciones educativas y culturales para alcanzar una sociedad más justa.

El tema no es de ninguna manera irrelevante, pero se aniquila cualquier debate desde el discurso monotemático del enfrentamiento contra el crimen organizado, o se raya en la superficie de los grandes problemas con la sola aplicación de políticas cortoplacistas de fuerte orientación clientelar, ahora que se ha adelantado la sucesión presidencial de 2012, porque hay que acarrear votantes con becas, programas insustanciales de combate a la exclusión educativa y cultural, y promesas de mayores lugares educativos de baja calidad, cuando el abandono de la escuela es cada vez mayor, los logros educativos y docentes están por los suelos y las desigualdades educativas debidas a los ingresos que se reciben, al tipo de institución y a la ubicación geográfica, son reconocidas pero no atendidas.

En el sistema educativo y cultural mexicano se forman élites que ya son indiferentes a la historia nacional y a la identidad popular que se pregonará como incólume en los festejos centenarios, frente al declive de la autoridad gubernamental, del enorme deterioro de las condiciones de transmisión de aprendizajes de los docentes (que debería ser motivo de verdadera alarma) y de la crisis de las instituciones educativas y culturales a nivel nacional. En este vaciamiento general ya se están apuntando algunos políticos e intelectuales de la derecha para atacar a las pocas instituciones públicas que nos quedan, como las universidades, y muy en lo particular a la UNAM, para evidenciar esta crisis con aseveraciones mal formuladas y datos inconsistentes fuera de contexto y de lugar, con la sola intención de degradar.

Va a ser muy chocante presenciar la inauguración de obras de relumbrón, programas televisivos de ficción histórica, y la hora de los discursos elocuentes sobre la mexicanidad, en medio de la realidad estrujante de poblaciones enteras excluidas y marginadas, en zonas sin autoridad, de desintegración y de total falta de protección. Debería dar pena lo que está pasando y proponerse la hechura de, aunque fuera, algún remedio en serio.

Violencia contra las mujeres: Los daños colaterales

Una mujer herida en uno de los ataques del crimen organizado a la PF en Juárez.

Sara Lovera

MÉXICO, D.F., 5 de agosto (apro).- La espiral de violencia en México no es algo que suceda aisladamente. Se trata de un aspecto de la globalidad en un sistema que resuelve todo con la fuerza física y las armas. No hay que desdeñar el significado de los presupuestos militares, por ejemplo, en Chile y Venezuela. En México, la cifra exacta es secreta y poco clara.

Para todo vivimos soluciones guerreras. Nuestro lenguaje es otro: hablamos hoy de operativos, de rafaguear, tenemos un concepto sobre las casas de seguridad, sobre narcoterrorismo. Es así como, a través de las nuevas palabras y conceptos comunes, nos hemos dejado de espantar por el horror.

Lo grave es que julio, según la cuenta cotidiana, fue el mes de mayor violencia, con más de mil 200 ejecuciones, 411 de ellas sólo en Ciudad Juárez, de donde llegó hace días un grupo de mujeres para pedir que cesen los asesinatos de sus hijas y hermanas, de sus madres y amigas, ahí, en el antiguo Paso del Norte, donde se abrió la ventana del feminicidio que todavía hiela el alma, quizá por tanta indiferencia como se vive.

El escenario de Ciudad Juárez parece una foto congelada desde hace 15 años: la estela de sus cientos de desaparecidas, muertas, mutiladas; las cruces rosas que nublan la vista. Sume usted. La cuenta del feminicidio crece, ahí, al lado donde se yergue el ocaso de la paz y la tranquilidad.

Lo mismo pasa en Morelos, Sinaloa o Michoacán que en Oaxaca o Chiapas. Los militares deben vidas y sus fechorías están impunes; ellos tienen pendientes violaciones, como las perpetradas a tres niñas tzeltales en abril de 1994, así como los abusos sexuales, la persecución y las detenciones extrajudiciales en la región Loxicha de Oaxaca.

De esta situación, que pareciera o debiera ser extraordinaria, se habló hace unos días en Bogotá, Colombia, durante la reunión de la Red Feminista Latinoamericana y del Caribe por una Vida sin Violencia para las Mujeres, a la que asistieron representantes de 13 países. La primera conclusión de ese encuentro fue que tratándose de violencia contra las mujeres, éstas aparecen en primer término como víctimas de una estrategia de guerra: violación sexual, hostigamiento, silencio sobre las violaciones e impunidad, en hechos que ocurren del río Bravo a la Patagonia.

Pero algo más: se constató que el sistema –sin importar hacia qué lado se mire– se funda en el miedo y el control. Los daños colaterales, no pensados, son los que viven las mujeres, sus hijas e hijos. Al crimen organizado, que en México se ha perseguido sin inteligencia, se suman las prácticas de trata, abuso de menores, pornografía infantil y tráfico de personas para ser explotadas sexualmente.

En los campos de la guerra en Colombia, además de fosas llenas de muertos durante el gobierno de Álvaro Uribe, se suma el conflicto privado, la vida cotidiana alterada permanentemente por el miedo y la inseguridad, según lo relatado por la senadora Piedad Córdoba. ¿No es igual? La encuesta publicada el domingo pasado sobre el terror y el miedo a la inseguridad en la ciudad de México, podría encubrir situaciones terribles al interior de los hogares.

Pero ahí en Colombia, donde se habló del feminicidio en todas partes, de las pavorosas cifras, la explicación de los falsos positivos que hizo Piedad Córdoba nos dejó atónitas.

¿Qué es eso de falsos positivos? Los jóvenes pobres, sacados de sus casuchas, en las zonas alejadas, con promesas de trabajo o dinero, que luego son presentados en las cámaras como sicarios, como guerrilleros, como delincuentes, y sirven al sistema como prueba de que se está combatiendo al crimen, y son eso: “falsos delincuentes”. Muchos acaban asesinados o desaparecidos. Piedad Córdoba dice que son 5 mil en unos cuantos años. El caso está documentado ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

Cuando escuché esta historia, que explicó la senadora Córdoba, pensé si acaso no existen “falsos positivos” en México, donde se pierde la información sobre los detenidos que nos presentan las televisoras; aquí donde no se sabe, bien a bien, en qué cárceles se encuentra la mayoría, las bandas que aparecen en las fotos o en la televisión.

Paralelamente por ahí, en algunos casos, deambulan los familiares de esos detenidos, sin mucha parafernalia ni recursos. Me pregunto: ¿cuántas mujeres, esposas o madres nos podrían documentar sobre estas cuestiones? ¿Cuántos jóvenes de los que son rechazados de la preparatoria estarán ahí, entre los falsos positivos de México? Esos son también daños colaterales de una guerra irracional y funesta.

Esto es así, mientras la cifra de mujeres asesinadas y violadas crece y crece, de cara a una dura indiferencia social. Y vi a las mujeres madres de Ciudad Juárez en el Hemiciclo de esta ciudad que lleva el nombre del mismo héroe. Ahí, aisladas, sin la prensa y la atención debidas, sin la multitud que un día llena el zócalo y al otro día desaparece. (saralovera@yahoo.com.mx)

Reporteros sin protección

Cartel del movimiento Los queremos vivos


MÉXICO, D.F., 4 de agosto (apro).- La falta de protección a periodistas mexicanos que cubren los distintos conflictos que ha vivido el país, y que van desde los armados y sociales en los años setenta, hasta los vinculados con el narcotráfico en las últimas fechas, lamentablemente no es nueva.

Ni los dueños o directivos de los medios, y mucho menos el Estado, se han preocupado por dar garantías a los reporteros que cubren hechos donde el riesgo a perder la vida es muy alto.

El secuestro de cuatro reporteros en Durango fue, tristemente, el motivo que originó la reacción de los directivos de medios con cobertura nacional –Televisa y Milenio– exigiendo protección para sus trabajadores, cuando esta situación de alto riesgo para los reporteros mexicanos lleva ya ocho años.

Desde 2002 a la fecha, según datos de la organización francesa Reporteros Sin Fronteras (RSF), han sido asesinados 69 periodistas mexicanos, mientras que 11 se encuentran desaparecidos. La mayoría son reporteros de medios locales y sus casos apenas han sido atendidos por medios nacionales de una manera ocasional y hasta marginal.

Sólo durante el gobierno de Felipe Calderón, 38 comunicadores han muerto o desaparecido --10 de ellos en 2010--, de acuerdo con estadísticas de RSF.

Sin embargo, hasta ahora ninguno de esos casos ha sido investigado a fondo y sus responsables han quedado protegidos por la impunidad, pese a que en la Procuraduría General de la República se creó una fiscalía especial, y una visitaduría especializada para reporteros en la Comisión Nacional de los Derechos Humanos.

No obstante, la llamada narcoviolencia ya trascendió a los medios locales de información. Sus reporteros han sufrido por años amenazas de muerte para ellos y sus familias, así como levantones, secuestros, hostigamiento y presiones para publicar o dejar de publicar informaciones de algunos grupos del crimen organizado.

Ello se está resintiendo apenas en los medios informativos de cobertura nacional, que no se han preocupado por atender esta situación de peligro, dejando a la deriva a sus reporteros y enviándolos a cubrir hechos violentos sin contar con un protocolo de seguridad y mucho menos con seguros de vida.

Televisa trató con sumo cuidado y sigilo el caso de su reportero Héctor Gordoa hasta que fue puesto en libertad, bajo la condición de que se trasmitieran unos videos con un mensaje de los secuestradores, presuntamente del cártel de Sinaloa.

Denisse Mearker, conductora del programa “Punto de Partida”, para el cual trabaja el reportero, decidió suspender la transmisión como forma de protesta.

No sucedió los mismo con Milenio, pues además de pasar los videos, tomó un papel protagónico y hasta trasmitió en vivo, en su canal de televisión, la liberación de sus dos reporteros, elogiando el operativo encabezado por el secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna, quien ha sido cuestionado por la increíble fuga de los captores y, además, está bajo la sospecha de que todo se debió a una negociación.

Ese medio de comunicación protestó de inmediato por el atentado contra sus trabajadores. Sin embargo, en días pasados un alto directivo del consorcio Multimedios declaró que los periodistas que en algún momento fueron atacados o asesinados, seguramente estaban vinculados con el crimen organizado y que por ello no deberían tener un blindaje especial por el trabajo que realizaban. Hoy este directivo de Milenio ha guardado silencio.

La insensibilidad y hasta la mezquindad del gremio periodístico se ha mostrado de distintas formas en este caso. Ningún directivo o dueño de los medios instalados en el Distrito Federal fijó una posición y algunos otros publicaron el secuestro a pesar de que hubo una petición de no hacerlo mientras estaban en curso las negociaciones.

En el caso de Milenio, lo difundió de manera histriónica exigiendo la participación del Estado. Ahora sabemos que por lo menos el director editorial adjunto, Ciro Gómez, habló por teléfono con Felipe Calderón, quien por cierto no hizo un pronunciamiento particular sobre el secuestro de los periodistas.

El plagio de los cuatro reporteros mostró la división, el protagonismo, la competencia mal entendida, los intereses políticos y comerciales, y otras deficiencias que existen entre los medios de comunicación en México, muchas de ellas provenientes no sólo de los reporteros, sino principalmente de los dueños y directivos.

A raíz de este caso salió a relucir la forma en que los medios colombianos enfrentaron de manera unificada el narcotráfico, sólo que no se ha entendido que no fue por un afán de los reporteros como se llegó a acuerdos entre los medios más importantes de Colombia, sino a través de los dueños de la prensa.

Fue hasta que comenzaron a golpear, asesinar, secuestrar, extorsionar y amenazar a los dueños y directivos de la prensa colombiana como su actitud cambió.

Miembros de la clase política y gobernante de ese país, los empresarios de los medios vieron afectados sus intereses particulares, su seguridad y la de su familia, por eso tomaron una posición y establecieron políticas comunes de publicación, mientras que el gobierno colombiano creó un fondo económico para tomar casos urgentes de periodistas amenazados.

Antes de eso, el narcotráfico, especialmente el cártel de Pablo Escobar, ya había cobrado la vida de periodistas colombianos y no pasaba nada.

Una situación similar ocurre en México. Hasta ahora que se sintieron vulnerables, algunos directivos de los principales medios de comunicación han empezado a cambiar de actitud y de posición.

El próximo sábado 7, a las 12:00 horas, por primera vez en la historia del periodismo en el Distrito Federal, se realizará una manifestación silenciosa de reporteros, en protesta por las agresiones y asesinatos perpetrados recientemente contra el gremio en los últimos ocho años.

Sin embargo, esta protesta tendría que ser no sólo por los ataques a los periodistas, sino por las agresiones contra toda la sociedad, es decir, por los 900 menores de edad muertos en esta guerra errática, por los 28 mil ejecutados, por las viudas y huérfanos y, también, por los secuestros y extorsiones. En fin, por el terror y la inseguridad que se vive en el país.



http://www.youtube.com/watch?v=4mnqozC8IDs

Pétalos que lastiman

Felipe Calderón, titular del Ejecutivo.

John M. Ackerman

MÉXICO, D.F., 4 de agosto.- La polémica desatada por el tibio señalamiento del Instituto Federal Electoral (IFE) a la Presidencia de la República por su desbordado activismo durante las más recientes campañas electorales, no es el indicador de una renovada autonomía del Instituto Electoral, sino una muestra más de la soberbia con la que se conduce el Ejecutivo Federal. El IFE no “se extralimitó” en sus funciones ni “censuró” al Presidente, como ha sido señalado por la Secretaría de Gobernación. Muy por el contrario, los consejeros electorales se contentaron con una acción muy menor que simplemente les lava la cara dentro de un contexto de ilegalidad e iniquidad en materia electoral que ellos mismos han permitido.

La resolución del IFE del 21 julio deja totalmente impune la grosera intervención de Felipe Calderón para favorecer al Partido Acción Nacional (PAN) en las elecciones estatales del 4 de julio. De manera irregular en plena campaña electoral, el 15 de junio Calderón transmitió un mensaje por cadena nacional para “informar” sobre sus acciones en materia de seguridad pública. Este informe no contenía ninguna información nueva, importante o de urgente transmisión y únicamente fue un esfuerzo de legitimación pública de las acciones del gobierno federal.

Calderón también súbitamente decidió que cuatro días antes de las elecciones era el momento adecuado para “informar” sobre la eventual eliminación del impuesto de la tenencia para automóviles. El día siguiente, el jueves, 1 de julio, al Presidente se le ocurrió que era el momento idóneo para compartir con la ciudadanía los grandes “logros” de su gobierno en materia de empleo. Asimismo, en días previos ya había emitido un mensaje en cadena nacional sobre la muerte del candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI) al gobierno de Tamaulipas y tanto él como el Secretario de Gobernación habían convocado a conferencias de prensa para llamar a un “Diálogo nacional” sobre el tema de la inseguridad pública.

El anuncio que Calderón hiciera el 1 de julio fue particularmente grave porque tuvo lugar durante los tres días de “veda” cuando está estrictamente prohibido cualquier acto de campaña electoral. De manera descarada, Calderón decidió llenar este vacío informativo mandatado por la ley con sus proclamas exageradas sobre la supuesta efectividad de su programa económico.

Habría que recordar que ésta no es la primera ocasión que el actual presidente ha llegado al extremo de utilizar la propaganda gubernamental para influir en las campañas electorales. Tal y como denunciamos en su momento en estas mismas páginas (Proceso, 10 de mayo de 2009), apenas habían iniciado las campañas federales para renovar la Cámara de Diputados el año pasado cuando Calderón decidió aparecer en cadena nacional para “informar” sobre sus grandes logros en el combate al virus de la influenza H1N1 y para presentarse como el héroe del momento.

Todos estos actos de propaganda constituyen una violación flagrante de la norma. El artículo 41 de la Constitución señala sin rodeos la prohibición de “toda propaganda gubernamental” durante las campañas electorales federales y locales. La norma contiene algunas excepciones para “campañas de información” en materia educativa y de salud o “las necesarias para la protección civil en casos de emergencia”. Los mensajes de Calderón, sin embargo, no entran en ninguna de tales supuestos. Por más que la violencia del crimen organizado implica una “emergencia” nacional, los discursos no informaban sobre ninguna acción específica en materia de protección civil ni formaban parte de “campaña informativa” de ningún tipo.

Ni siquiera Vicente Fox, Ernesto Zedillo o Carlos Salinas, ninguno de los cuales destaca por su respeto a la legalidad, se habían atrevido a llegar tan lejos, aun en un contexto en que la ley era omisa en la materia. Paradójicamente, hoy que sí contamos con una disposición constitucional explícita, Calderón demuestra aún menos respeto por la legalidad y la equidad que sus antecesores.

Ante esta situación, en su resolución del 21 de julio, el IFE dejó totalmente impune las acciones de Calderón durante la semana previa a las elecciones. Con respecto a la cadena nacional del 15 de junio, la autoridad se limitó a emitir una burocrática y gris resolución en que “declara fundada” la queja del PRI porque el discurso “no se ajustó” a las prohibiciones constitucionales. Eso es todo. Escondiéndose detrás de una lectura exagerada del artículo 108 constitucional, los consejeros no se atrevieron a emitir reclamo formal alguno ni a exhortar a Calderón para que no volviera a incurrir en prácticas similares.

El IFE tampoco sancionó a la Secretaría de Gobernación, que organizó la cadena nacional, o a los otros secretarios que acompañaron a Calderón en las conferencias de prensa. La autoridad se negó a sancionar al Partido Acción Nacional (PAN) por su responsabilidad como beneficiario de la propaganda o incluir los recursos erogados por la Presidencia en estas comunicaciones dentro de los gastos electorales del PAN. Los consejeros ni siquiera se atrevieron a dar vista al Congreso de la Unión, a la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales o a la Secretaría de la Función Pública.

Pero el gobierno federal no permite que se le toque ni con el pétalo de una rosa. En lugar de aceptar con humildad este tibio señalamiento emitido por la autoridad electoral, se lanzó contra los consejeros reclamando que su resolución “carece de toda lógica”. El mensaje es claro: Calderón no permitirá el menor margen de independencia, aunque sea simbólica, de parte de los consejeros. Su subordinación al Ejecutivo debe ser total.

En los hechos, la Presidencia ganó la polémica de manera contundente. De manera paralela a los “infomerciales” en Oaxaca y el “Dictamen de validez” de la elección presidencial de 2006, las autoridades electorales una vez más se niegan a actuar aun cuando reconocen la existencia de graves violaciones a la ley. La mancha de impunidad en materia electoral se extiende y se fortalece, generando un escenario verdaderamente sombrío para las elecciones de 2011 y 2012. l

www.johnackerman.blogspot.com

Columna Asimetrías ¿Podrá AMLO Contra La Mafia?

Por Fausto Fernández Ponte




09 agosto 2010
ffponte@gmail.com

“Ninguna organización política o social tiene la capacidad de convocatoria y de movilización similar al nuestro”.

Andrés Manuel López Obrador, En Tekax, Yuc. (7/VIII/2010).

I

Si las elecciones del 4 de julio nos ofrecieron experiencias y moralejas, esas fueron, una, la de que los partidos políticos no son organizaciones representativas excepto de sí mismas y, otra, la de que no pueden movilizar masas sin incentivos materiales.

Dicho de otro jaez, caro leyente: los partidos políticos no son organizaciones que reflejen el sentir de la ciudadanía en general ni el parecer de agrupaciones políticas de verdadera vanguardia o progresistas o simplemente en movimiento telúrico.

Tampoco representan fuerzas políticas reales, pues las cúpulas de los partidos mayoritarios –PRI y PAN, sobre todo, pues el PRD se ha quedado a la zaga a resultas de sus alianzas con los panistas-- sólo se representan a sí mismos, a nadie más.

Tan no representan los intereses populares esos partidos políticos que ninguno de sus candidatos a gobernador, legisladores y alcaldes en ese cotejo de julio pasado reconoció públicamente que México corre un gran peligro sin precedente en su historia.


Y al no reconocer la crisis económica, política, social y hasta cultural devenida de una forma de organización de la economía y del poder dominado por una mafia que saquea al país y lo cede a trasnacionales, esos candidatos no hicieron propuestas para superarla.

Por supuesto, las alianzas electorales “antinatura” (Manlio Fabio Beltrones dixit) PAN-PRD en Oaxaca, Puebla y Sinaloa no demuestran aun su viabilidad sino hasta que sus candidatos, hoy electos, gobiernen. La duda persiste: ¿con qué proyecto gobernarán?

II

Lo fehaciente de esas alianzas es que el PRI no concita confianza del elector. Más que votar por Gabino Cué, Rafael Moreno Valle y Mario López Valdez se votó contra el PRI. En Veracruz y Durango, los priístas tuvieron que comprar votos. Masivamente.

En Veracruz, por ejemplo, muchos dirigentes de organizaciones gremiales y de colonos –otrora parte del clientelismo priísta y panista-- chantajearon al PRI y al PAN, pues exigían más dinero para movilizar hacia las urnas a los votantes bajo su control.

De esa degradación tan atroz de la política y del ejercicio comicial son responsables no sólo los votantes que venden su voto al mejor postor, sino los propios personeros del poder político del Estado y, en particular, los miembros de la mafia en el poder.

Por ello, ni el PRI ni el PAN ni mucho menos el PRD u otro partido político cualquiera –de los llamados de “bisagra” y también de “negocio familiar”— pueden movilizar masas como la organización que abandera don AMLO.

Esa organización no es un partido político ni formal ni de fecho, aunque sus fines sí sean paralelos en función de que sus militantes consideran indispensable para transformar al país acceder al poder Ejecutivo y Legislativo por la vía electoral.

¿Es por esa razón que don AMLO puede convocar a tanta gente y el PRI, PAN y PRD no? Dicho con simplismo, sí. Pero ello es mucho más complejo y una respuesta simple no explicaría el fenómeno, aunque sí podría resumirse.

Don AMLO ha llegado a lugares de México jamás visitados por los políticos de convención --de modus vivendi y modus operandi— y atendido a grupos sociales históricamente marginados, a quienes, por añadidura, ha organizado para sí.

III

Nos conduce esto al quid mismo de la respuesta: organización de masas. Esa es la clave. Mientras casi todas las entidades del progresismo/vanguardismo y los mexicanos en movimiento gastan pólvora en infiernitos, don AMLO organiza a la gente.

Además, la bandera del amloísmo ondea al vaivén del discurso de la denuncia y el cambio del statu quo opresivo, aunque el señor López Obrador no ha dicho cómo lograría, si elegido, esa transformación. Los demás políticos evaden hablar de cambio.

Ello, hágase la salvedad, no implica que don AMLO transforme al país si elegido Presidente de México. Llegar a Los Pinos y transformar desde allí al país son sus objetivos estratégicos centrales. Ya estamos viendo cómo podría lograr el primero.

No ha dicho cómo lograr el segundo: no basta sólo con ser Presidente, sino también contar con un Congreso afín y anular al conservadurismo rapaz, entreguista –la mafia en el poder— dispuesto y preparado incluso a financiar una guerra civil como en 1857-61.

En ese conflicto –llamado Guerra de Reforma o de los Tres Años-- Benito Juárez enfrentó al conservadurismo (redivivo hoy en el priísmo-panismo y el perredismo chuchista) que ya trataba de traer a Maximiliano y en los grandes negocios.

ffponte@gmail.com

POLÍTICA ANTILOBORAL DEL CALDERONISMO

Política anti laboral del calderonismo, llevada a sus mas aberrantes acciones por Javier Lozano, en mi opinión.

¿Quieren Unidad en el País?.

Propuesta: dejen de ser facciosos y lanzarse contra la gente que TRABAJA, y no favorecer tan escandalosamente y empresarialmente a elites de poder económico, como es el caso paradigmático de televisa, que tiene mas poder que el gobierno. O Grupo México. Y así, muchos con exenciones fiscales injustas para el país.

¿Y así piden Unidad a la Nación?.

¿Qué ofrecen para la Unidad?.

Seguirán solapando a Gordillo, Romero Deschamps, Gamboa Pascoe, Víctor Flores et al ?

Porque todo lo que falta es un Proyecto de Nación, como el planteado por Andrés Manuel López Obrador para ser discutido por todos. Ustedes actúan solo visceral e interesadamente. Palurdos políticos. No animales políticos (aristotélicos), sino políticos animales (de zoológico).

Ustedes, en mi opinión, son puro BLAH BLAH BLAH.

Nada concreto, más que armas y guerra intestina.

Ya, por el bien del País, RENUNCIEN por favor. Calderón está solo, rodeado de "ingenuos".

Ya nos hartamos de ustedes. Nada mas vean el estado catastrófico de la Nación. Son ustedes, panistas, priístas y chuchistas, depredadores de este riquísimo país, que ya casi llega al límite de tolerancia y pasividad. Con los tres "poderes" de la Unión. Boñigas apestosas y purulentas.

Y actuaremos por la vía pacífica, constitucional..................a diferencia de ustedes, que se saltan todo porque no saben gobernar, porque tienen un hambre atroz (como el lobo feroz) de poder y dinero.

Están matando a la gallina de los huevos de oro. ¿O quizá a los huevos?.


(Vean la liga por los comentarios diversos de algunos lectores)


Dirigentes sindicales de 100 países marcharán contra la política antilaboral de Calderón
Aberrantes, las violaciones a la libertad sindical en México: David Cockroft


La ITF conoce bien los mecanismos gansteriles de los contratos de protección: Rodríguez Fritz

Patricia Muñoz Ríos
Periódico La Jornada
Lunes 9 de agosto de 2010, p. 13

El secretario general de la Federación Internacional de los Trabajadores del Transporte (ITF, por sus siglas en inglés), David Cockroft, señaló en conferencia de prensa que es aberrante lo que está sucediendo en México en materia de violaciones a la libertad sindical, e informó de una manifestación sui generis para el próximo jueves, en la que realizarán una marcha dirigentes sindicales extranjeros de más de 100 países en contra de la política "antilaboral" del gobierno del presidente Felipe Calderón.

En el contexto del 42 congreso que lleva a cabo esta organización en esta ciudad, el dirigente planteó que México se encuentra en la lista de las naciones donde más se vulneran los derechos de los trabajadores, sólo superado por países como Colombia, Guatemala e Irán, en los que prácticamente las organizaciones gremiales están defendiendo "con su vida" sus derechos.

Sostuvo que el gobierno mexicano está violando acuerdos fundamentales, como el 87 y el 98 de la Organización Internacional del Trabajo, referentes a derechos de los trabajadores, los cuales firmó y ratificó, pero no cumple.

Luego de cuatro días de asamblea, donde han participado líderes sindicales del sector del transporte de América, Europa y Asia, refirió que este congreso ha tomado nota de lo que está sucediendo en México en materia laboral, por lo que la ITF va a iniciar acciones de apoyo para la defensa de diversos sindicatos –como el de los trabajadores de Mexicana de Aviación–, difundirá en todo el mundo lo que sucede en este país y realizará un pronunciamiento dirigido al gobierno de Calderón y, en particular a la Secretaría del Trabajo, encabezada por Javier Lozano Alarcón, para demandar a esas instancias que se se respeten los derechos de los trabajadores.



En la conferencia, Antonio Rodríguez Fritz, secretario regional de la ITF para América Latina y el Caribe, remarcó que esta organización internacional ha seguido de cerca la corrupción, simulación y los mecanismos "gansteriles" desde los cuales se mantienen los contratos de protección en México, donde se persigue, e incluso se manda golpear, amenazar y secuestrar a dirigentes y trabajadores que intentan defender sus derechos.


A su vez, Norrie Mcvicar, coordinador del Grupo de Trabajo del Servicio Costa Afuera, habló de las condiciones laborales de gremios como el petrolero en la Sonda de Campeche: "son impactantes las deplorables condiciones y abusos que sufren estos trabajadores, quienes son víctimas de jornadas de hasta 12 y 14 horas diarias, de subcontratación, y de accidentes como el de la Plataforma Usumacinta, en el que murieron 22 obreros, sin que se hayan fincado responsabilidades a nadie".


En esta conferencia, el líder de la Alianza de Tranviarios de México, Benito Bahena, señaló que en México el sistema de los contratos colectivos de protección patronal subsiste por la complacencia y apoyo de funcionarios de la Secretaría del Trabajo, mientras a los sindicatos reales y democráticos se les condiciona, inmoralmente, mediante la toma de nota o requisitos absurdos, y expuso como ejemplo al líder del "sindicalismo blanco" Ramón Gámez, quien salió prófugo del país, acusado de pederastia, y, sin embargo, aunque las autoridades lo persiguen, no se le ha quitado la toma de nota.

Trágicomix

Josetxo Ezcurra

Las izquierdas y López Obrador

Héctor Díaz-Polanco
La Jornada

En innumerables ocasiones me he visto en el trance de atender a la curiosidad de colegas y amigos latinoamericanos que me inquieren sobre la terrible debilidad de la izquierda mexicana, su desorganización y carencia de proyecto. Por supuesto, su visión de la izquierda se centra en la trayectoria que ha seguido el PRD en los últimos años y la situación a que ha sido conducido.
Trato de explicarles lo mejor que puedo que, en la coyuntura de los últimos años, la izquierda mexicana no puede identificarse con el PRD ni mucho menos reducirse a esta agrupación partidaria; que más bien, a últimas fechas, la energía transformadora de la izquierda se expresa principalmente en un vigoroso movimiento popular que lucha contra el régimen neoliberal, al margen de la estructura partidista tradicional, y que es liderada por Andrés Manuel López Obrador.

Insisto en suma en despejar lo que en mi opinión es una falacia promovida por los medios y sus comentaristas: que la izquierda atraviesa por su peor momento y ha dejado de ser una opción. Tal conclusión resulta de la costumbre de identificar fuerza política con estructura partidaria, sobre todo si posee aparato y registro. Este no es un buen método para abordar el asunto. En una perspectiva gramsciana, el verdadero partido no es sólo una institución, la organización técnica y sus aparatos, sino la fuerza social o el movimiento en el que encarna un proyecto: todo el bloque social activo. Es por esto, observa Gramsci, que un partido orgánico y fundamental puede aparecer como varias fracciones, cada una de las cuales adopta el nombre de partido e incluso de partido independiente (es el caso del PRI y el PAN), mientras el estado mayor intelectual y político del verdadero partido puede permanecer en la oscuridad. El que esos diversos partidos constituyen en realidad una unidad orgánica lo demuestra el hecho de que se acoplan inmediatamente en cuanto perciben un real antagonista al proyecto del que son expresiones.

Vistas así las cosas, el partido más poderoso de la izquierda hoy día es el movimiento que inspira y encabeza López Obrador. Pero no es el único; se deben considerar otras fuerzas (el zapatismo, etcétera) que alimentan el gran caudal de las izquierdas mexicanas. Es por no tener esto en cuenta, y estar con la vista fija en el PRD y en el juego de la fracciones partidarias, que el despliegue de fuerza y organización mostrado en la concentración del Zócalo, el pasado 25 de julio, produjo tanto desconcierto e incluso desazón en algunos sectores. Obstinadamente se negaron a reconocer el movimiento que crecía desde abajo, al margen de los partidos convencionales, y que, como dijo el poeta, brota/ y se derrama y cruje como una vena rota.

Mientras se repetían que AMLO y su movimiento se habían desgastado y que ya no eran una opción a tomar en cuenta, cerraron los ojos a los millones de credencializados, a los miles de comités creados en todo el país, a los millones de ejemplares del periódico Regeneración que circulan de familia en familia, a los círculos de reflexión; y sobre todo, minimizaron el crecimiento de un liderazgo con sólido perfil de honestidad, congruencia e identificación con los sectores populares (fruto de su conocimiento de primera mano de la realidad sociocultural del país). Considerando el nivel de organización logrado hasta ahora, su empuje y alcance nacional, se puede derivar una conclusión completamente distinta a la sombría apreciación inicial: comparativamente, la izquierda mexicana está hoy en uno de sus mejores momentos.

Sin duda, el desarrollo del movimiento ha sido estimulado por las políticas del actual gobierno, ajenas al interés general. Pero también, hay que decirlo, por la estrategia y las prácticas impulsadas por la llamada izquierda “moderna” que hoy controla el PRD. Aferrada a los tópicos de la socialdemocracia en su versión neoliberal, sin clara orientación social, apostando a las alianzas con fuerzas conservadoras que destruyen la diferencia, la importante distinción política por lo que hace al proyecto de país, esta izquierda ha caído en el descrédito (y no hablo aquí de la base del PRD). En la actual coyuntura, el movimiento social que se expresó en el Zócalo ha cumplido ya un vital papel: evitar la completa demolición del proyecto de la izquierda.

Alarmados por esta tendencia, algunos aseguran que AMLO cometió el error de abandonar el centro en 2006, y yerra al no buscarlo ahora (Denise Dresser dixit). Por centro entienden las posiciones y prácticas socialdemócratas que se estilan en Europa y en algunos países de América Latina (por ejemplo, Inglaterra, Alemania, Francia, Italia, Chile). Es ocultar que en esos países tales fuerzas, una por una, han perdido el poder precisamente por querer situarse en el peldaño que les marcó la derecha (que es siempre quien finalmente define el centro “políticamente correcto”).

La única posibilidad de que el movimiento de AMLO logre sus objetivos programáticos es que se mantenga alejado de ese falso centro (neoliberal, insensible a las necesidades de las mayorías y servidor de los grandes potentados). Y esto, no sólo por razones electoreras, sino por preceptos ético-políticos de los que no hay que desviarse ni un milímetro. Los comentaristas que se dedican a dar “consejos” a AMLO para que sea moderado, en realidad buscan que entre en la pendiente enjabonada de los acuerdos con los poderosos. Eso anularía cualquier cualidad innovadora en su proyecto. ¿De qué serviría que llegara así a la Presidencia, atado a grupos de intereses facciosos y por ello invalidado como gobernante para las mayorías? Eso, además, sería su muerte política ante los ojos de la mayoría de los mexicanos, como lo ha sido de la izquierda moderna.

Fuente: http://www.jornada.unam.mx/2010/08/07/index.php?section=opinion&article=018a2pol