sábado, febrero 12, 2011

"Súper peso....devaluado": Ganadores y perdedores

Agustín Carstens, gobernador del Banco de México.

Orlando Delgado Selley

MÉXICO, D.F., 11 de febrero (apro).- Una vez más, el Banco de México señaló que los mercados financieros en México podrían verse afectados por una reversión de los flujos de capitales. Esta nueva advertencia ocurre luego de varios meses en los que han ingresado capitales golondrinos por más de 45 mil millones de dólares.

Se trata de esos capitales que entran a un país un tiempo corto porque hay tasas de interés atractivas. Llegan para comprar cetes, bonos gubernamentales y otros papeles financieros que se venden en México. Una consecuencia de estas entradas masivas de capitales ha sido que nuestra moneda se haya revaluado casi 10% desde agosto pasado.

Durante los primeros meses en que ocurrieron las entradas de capital y el peso empezaba a revaluarse, los funcionarios del Banco de México y los responsables de Hacienda nos dijeron que todo se debía a que en nuestro país había “buenos fundamentos económicos”. Los que, según ellos, se explican porque el déficit en nuestras compras y ventas de bienes y servicios con el exterior, lo que se conoce como la cuenta corriente de la balanza de pagos, es muy pequeño, de apenas 0.5% del PIB; porque, además, recibíamos un importante flujo de remesas de nuestros paisanos en Estados Unidos importante y todavía mejor: porque el precio del petróleo estaba subiendo y podía llegar a 100 dólares el barril.

Ahora resulta que tenemos buenos fundamentos porque recibimos remesas de mexicanos, que han migrado porque no encuentran condiciones para sostener aquí dignamente a sus familias, teniendo que sufrir tratos discriminatorios y pésimas condiciones de trabajo y que esto es evidencia de que esta economía tiene buenos fundamentos.

Tampoco existen buenos fundamentos porque aumenten los precios del petróleo. Hemos visto incrementos extraordinarios que aumentan nuestros ingresos por la venta del crudo, pero también aumentan los egresos por la compra de gasolinas y otros refinados. De modo que los beneficios no son claros.

Pese a que se supone que seguimos teniendo ‘buenos fundamentos’ el Banco de México ha mandado una señal de alarma: “no puede descartarse otro escenario de volatilidad en los mercados financieros internacionales derivado de problemas en alguna de las economías de Europa”. De tal manera que prevén un escenario con complicaciones que pudieran provocar movimientos internacionales de capitales.

El Fondo Monetario Internacional, por su parte, también llamó la atención señalando que los mercados de valores de Chile, Colombia y México están teniendo una gran actividad que sólo se explica por la presencia de esos capitales golondrinos y que hay que tener cuidado.

La explicación del FMI no habla de que los capitales entran porque hay “buenos fundamentos” en los países latinoamericanos. Su explicación es que los administradores del dinero estadunidense están aprovechando los diferenciales de tasas de interés existentes en los mercados de dinero y capitales de los países desarrollados y los de países emergentes.

Ganan más acá, por eso traen su dinero. Lo de los fundamentos económicos son meras palabras. Hay, sin embargo, una condición para que esos capitales se estacionen una temporada en América Latina: que haya estabilidad del tipo de cambio. Veamos un ejemplo sencillo para ilustrar esta idea.

Supongamos que en febrero de 2011 alguien tiene un millón de dólares que puede invertir en la compra de fondos federales del Tesoro estadunidense a seis meses, por los que en febrero de 2012 obtendría una tasa de 0.18% anual, es decir, 9 mil dólares. Si trae ese millón a México, lo primero que tiene que hacer es cambiarlo a pesos, obteniendo 12 millones de pesos que usaría para comprar Cetes a una tasa anual de 4.04%. Seis meses después cobraría 242 mil 400 pesos, que rápidamente cambiaría a dólares. Si el tipo de cambio de 12 pesos por dólar se mantuviese, recibiría 20 mil 200 dólares. Invirtiendo acá ganaría 11 mil 200 dólares más que si hubiera invertido en Estados Unidos.

La inversión en México les resulta conveniente. Pero como al entrar aumenta la oferta de dólares provocando que el peso se revalúe, pues la inversión les es más rentable. Si ese inversionista en julio pasado tenía ese millón de dólares para invertir en Cetes, al cambiar a pesos a un tipo de cambio peso-dólar de 13.24 hubiera obtenido 13 millones 240 mil pesos. Manteniendo los mismos intereses del ejemplo anterior, para enero habría ganado 267 mil 448 pesos. Regresados a dólares, al tipo de cambio de 12 pesos por dólar, tendría 22 mil 287 pesos. Con la revaluación del peso que hemos vivido ahora el diferencial ganado en dólares es de 13 mil 287 dólares.

Esta mayor rentabilidad la paga el país. Los recursos adicionales ganados por ese inversionista son generados en México: si compró Cetes los pagó el Gobierno Federal. Así que ganan más a costillas del presupuesto federal, del gasto público para mayor precisión. Frente a esta mayor rentabilidad es lógico que los capitales fluyan más hacia México. El peso se iría apreciando, beneficiando a inversionistas extranjeros.

Al mismo tiempo, por la revaluación lo que compramos en el extranjero se abarata y lo que vendemos se encarece, de modo que las empresas dedicadas a la exportación pudieran enfrentar problemas.

La producción nacional no gana, sino pierde con la revaluación.

Durante meses, al Banco de México y a Hacienda esto no le importó. Y de repente el Banco de México advierte sobre los riesgos de que esos capitales se vayan. ¿Por qué advierten y a quién le advierten? ¿El Gobierno Federal es el destinatario? Otros gobiernos de la región, frente a esta situación, aprobaron un impuesto especial a la entrada o a la salida de capitales, logrando que esos flujos aminoraran. Es claro que el gobierno mexicano poco hará. Su responsabilidad con la economía del país no pasa de ocuparse del déficit fiscal. De modo que ellos no son los destinatarios.

El Banco de México está advirtiendo a los grandes grupos empresariales del país. Su orientación es clara: Cubran sus posiciones cambiarias para controlar posibles sacudidas en la paridad que pudieran poner en riesgo sus compromisos de pago en dólares. A ellos se dirigen. A los que realmente mandan en la economía y no sólo en ella.

o_selley2001@yahoo.com

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