jueves, diciembre 01, 2011

En hambruna más de 5 millones de familias

La volatilidad de los precios, el cambio climático y la falta de una reserva alimenticia ponen en riesgo la seguridad alimentaria del país. Organismos internacionales revelan que la escasez de los productos básicos afectará gravemente a las zonas más marginadas en los países en desarrollo. En México, más de 5 millones 800 mil familias se encuentran en pobreza alimentaria, de acuerdo con datos de la Secretaría de Desarrollo Social. Son las mismas que podrían padecer hambruna.
Más de 5 millones 800 mil familias mexicanas podrían padecer hambruna en los próximos meses. Las proyecciones en la producción agropecuaria de México indican que el país es incapaz de proveer la alimentación adecuada a toda su población. Mientras cada trimestre se incrementan los precios en la canasta alimenticia y cae la producción de alimentos, se impulsa fuertemente el uso de la producción agrícola como materia para los biocombustibles.
Ante este panorama, México –como otros países en vías de desarrollo– deberá de aumentar al ciento por ciento su producción, “si se desea alimentar adecuadamente a la población”. Así lo indica el documento Seguridad alimentaria y sustentabilidad alimentaria, firmado por Francisco Mayorga Castañeda, titular de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa).
De acuerdo con el informe publicado en el marco del seminario Los Grandes Temas de la Agricultura Mundial, encabezado por Mayorga, “la creciente volatilidad de los precios agropecuarios es un tema a debate de la agenda nacional e internacional, debido a que representa incertidumbre, y por [lo] tanto, afecta las decisiones de los productores, comercializadores, consumidores e incluso al propio gobierno e inhibe la inversión en la agricultura”.
Cifras de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público demuestran en el documento Informes sobre la situación económica, las finanzas públicas y la deuda pública, cómo se han incrementado los precios de los alimentos procesados, que en septiembre pasado registraron una inflación anual de 7.32 por ciento, un aumento de 45 puntos base con respecto de junio pasado, que registró un incremento de 6.87 por ciento. En el mismo periodo, la inflación anual de los productos agropecuarios fue de 2.09 por ciento.
Seguridad alimentaria, incierta
De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus sigla en inglés), un país se encuentra en dependencia alimentaria cuando destina más del 25 por ciento de sus ingresos a la compra de alimentos en el exterior. El secretario Mayorga Castañeda afirma que en 2010 México destinó el 7.2 por ciento de sus recursos.
Para mantener la seguridad alimentaria, indica la FAO, es necesario el cumplimiento de tres condiciones básicas: la disponibilidad de alimentos adecuados, una oferta estable sin fluctuaciones ni escasez, el acceso a los alimentos o a la capacidad para adquirirlos.
José Narro Céspedes, secretario de la Comisión de Agricultura y Ganadería en la Cámara de Diputados, señala que “no tenemos la seguridad alimentaria resuelta; tenemos sino déficit a partir de la crisis alimentaria, agrícola y agropecuaria de este año. En la cosecha del ciclo primavera-verano de frijol estábamos levantando 500 o 600 mil toneladas; ahora estamos levantando un total de 200 mil toneladas en todo el país, cuando los requerimientos son de más de 1 millón de éstas. Es decir, que tenemos un déficit de cerca del 60 por ciento”.
Para el también líder campesino, en estos momentos se requiere impulsar el ciclo otoño-invierno y que a través de éste se pueda reponer parte del déficit alimentario de granos. “Nos hace falta una reserva alimentaria. Esto nos dice que el problema del país está en una situación grave y delicada, de atención urgente”.
A decir del legislador perredista, la Sagarpa “no está haciendo prácticamente nada, están paralizados ante esta emergencia. Los granos son de los [alimentos] más importantes en la dieta de los mexicanos. Si no se toman medidas emergentes, no va a haber granos ni alimentos para la población y los que se importan son de muy baja calidad”.
Las estadísticas del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, correspondientes al periodo 2010-2011, indican que los productos de mayor importación son: cereales, con 360.1 por ciento en el alza de su compra; frijol, 162.1 por ciento; sorgo, 158.6 por ciento; uvas frescas o secas, 139.3 por ciento; arroz, 127.5 por ciento; trigo, 124.3 por ciento; huevo, 78.2 por ciento; y maíz, 74.4 por ciento.

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