domingo, febrero 26, 2012

Empresarios panistas voltean a la izquierda

A diferencia de la campaña presidencial anterior, esta vez muchos hombres de negocios han escuchado la propuesta política y económica de Andrés Manuel López Obrador. De esto habla Alejandro Gurza Obregón, coahuilense lastimado por la corrupción del exgobernador Moreira y la complicidad de Peña Nieto, pero admirador de la entereza de Josefina Vázquez Mota y convencido de la viabilidad del candidato de la izquierda. Esto, a pesar del riesgo de bullyng por parte de sus compañeros del PAN.
Fernando Turner, Alejandro Gurza, Obrador, Armando Guadiana y Alfonso Romo.

MÉXICO, D.F. (Proceso).- En las reuniones de empresarios con Andrés Manuel López Obrador, que han tomado un auge inusitado a través de la organización ciudadana Despierta México, apareció uno muy peculiar: Alejandro Gurza Obregón, concesionario de Ford en Coahuila y militante del Partido Acción Nacional (PAN) durante casi seis décadas.

–¿Usted apoyando a López Obrador? –le inquirió el reportero.

–Sí –respondió por teléfono desde Torreón–. Andrés Manuel ya tiene el sur y el centro. Nosotros ya le abrimos el norte.

En una rápida visita a la Ciudad de México, el miércoles 8, y tras participar en una reunión del Movimiento Progresista, la coalición de partidos que impulsa a López Obrador, Gurza Obregón explica las razones de su apoyo a éste que, en 2006, también denominó “un peligro para México”.

“Yo también lo dije. Ahora yo digo que no es un peligro para México, es un bien para México. ¿Quién sí es un peligro para México? ¡Enrique Peña Nieto, sin ninguna duda!”, sentencia sobre el candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI).

Gurza revela que hace dos años Peña Nieto lo invitó a su proyecto y se encontraron en la Ciudad de México, pero cuando le reprochó la corrupción de Humberto Moreira, el gobernador de Coahuila que luego sería presidente del PRI, el priista se enfureció y, “grosero”, puso fin a la reunión.

“Le dije: ‘¿Cómo que se tiene que ir? Me hizo venir desde Torreón para verlo y nada más porque digo que Moreira es un ratero usted se molesta’. Le dije también: ‘No puedo apoyarlo ni acompañarlo en la campaña, no estoy de acuerdo con usted’. Y terminó el encuentro bruscamente. Peña Nieto no tiene capacidad para ser político y menos presidente.”

–¿Y por qué no apoya a Josefina Vázquez Mota, la candidata del PAN?

–Es mi amiga, pero…

El empresario lagunero hace una pausa, elogia a la panista por la que votó como militante activo en la elección interna del PAN, el 5 de febrero, pero aclara que ya ha tomado una decisión, que debe ser respetada.

“Yo en conciencia pienso en lo que más le conviene a México. Puede gustarle a una persona o a otra disgustarle, pero mi decisión es con toda honestidad y por amor a México. Si no les gusta lo siento mucho.”

Vehemente, afirma: “¡Porque no hay nadie que me tache de corrupto ni de traidor! El traidor es aquel que se traiciona a sí mismo en sus principios y en su forma de hacer y de actuar. ¡Yo no he traicionado a mis principios ni a mi forma de actuar!”

Tampoco, subraya, ha traicionado al PAN, de cuyos gobiernos está desilusionado: “Hay panistas que han sido también muy corruptos. ¡Desgraciadamente no han cumplido al llegar al gobierno como hubiéramos queridos los mexicanos!”

Y acusa: “Vicente Fox desperdició grandemente la oportunidad de cambio y no agarró ni tepocatas ni peces flacos ni gordos. En eso Felipe Calderón fue más de lo mismo”.

Precursor de la participación del empresariado en política, Gurza es un panista de prosapia: Ingresó al PAN en 1954, invitado personalmente por Manuel Gómez Morin, el fundador, y fue amigo íntimo de Manuel Clouthier del Rincón desde que eran estudiantes en el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM).

“Fui de los que lo convencieron a Clou-thier de que se saliera del PRI y que se metiera al PAN”, revela Gurza Obregón sobre el excandidato presidencial en 1988, cuya hija Tatiana se declaró públicamente a favor de López Obrador, apenas el lunes 13, en una entrevista con el diario Noroeste, que fundó su padre.

“México requiere un cambio profundo, y la única persona que puede dárselo en este momento es él”, declaró Tatiana, mientras que Manuel, el primogénito y quien cuatro días antes declinó buscar la candidatura a senador por el PAN, analiza la invitación para ser candidato de la coalición lopezobradorista.

Para Gurza, López Obrador ha madurado y ha modificado conductas respecto de 2006, pero también se conoce más su desempeño como gobernante y su honestidad:

“Gobernó la ciudad más grande del país y no hay nadie que diga que se robó el dinero. Podrá haber quien lo diga y lo calumnie, pero que lo compruebe, ninguna persona. Entonces sí es un garbanzo de a libra”.

Amigo también de Cuauhtémoc Cárdenas, Gurza se entusiasmó porque, por fin, éste le dio su respaldo público a López Obrador, el martes 7: “Le hablé para felicitarlo. Es un hombre bueno”.

–¿No es una foto que llega seis años tarde?

–Pero ya llegó, es lo bueno.

Ni izquierda ni derecha

A sus 76 años, con dificultad para caminar por las secuelas de un atentado en su contra ordenado según él por Moreira –“por llamarlo corrupto” –, Gurza Obregón se embarcó a otro más de los proyectos de participación cívica en que ha participado desde que, en 1954, lo invitó Gómez Morin al PAN.

“Tenía yo 18 años y en la elección del 8 de diciembre no permití que se robaran las urnas de una casilla de Monterrey. Me habló, me dijo que necesitaba jóvenes como yo. Le dije: ‘Cómo no, Manuel, le entro’. Y desde entonces he participado en el partido, pero no he ocupado puestos públicos”.

Desde los setenta, Gurza se involucró en la defensa del voto y con mayor intensidad en los ochenta con la fundación, en 1987, del Instituto México Estados Unidos (MUSI, por sus siglas en inglés), que él presidió y cuyo vicepresidente era Javier Livas Cantú, quien hace dos meses pretendió ser candidato presidencial del PAN.

Al MUSI, que fue duramente criticado por el gobierno de Miguel de la Madrid por sus denuncias de fraude electoral en Estados Unidos, siguió la Asamblea Democrática por el Sufragio Efectivo (Adese), creada en febrero de 1988, con la participación, entre otros, de Porfirio Muñoz Ledo, Rogelio Sada Zambrano, Carlos Ímaz, Carlos Monsiváis y Enrique Krauze.

Ubicado en el presente, asqueado de la corrupción económica y moral propiciada por los Moreira en Coahuila y la impunidad en todo el país, Gurza Obregón advierte de la “delicadísima” situación del país y advierte de la urgencia de un cambio que recupere la paz y proceda a combatir la corrupción y la pobreza.

Por eso participa en Despierta México, una organización ciudadana que se dio a conocer en Monterrey el 19 de octubre, auspiciada por el empresario regiomontano Alfonso Romo Garza, su amigo, quien fue uno de los principales impulsores de Fox y, hace seis años, de Calderón.

Al de Monterrey siguieron encuentros empresariales con López Obrador en Torreón, organizado precisamente por Gurza y el expriista Armando Guadiana; en Mérida, Yucatán, cuyo anfitrión fue Nicolás Madahuar, y luego en Guadalajara, Jalisco, con el auspicio de Juan Mario Sahagún y Tomás López.

Gurza define a Despierta México como un movimiento ciudadano que busca unir a todos los mexicanos en una nueva fundación del país, ejerciendo el poder y adoptando la responsabilidad que nos corresponde como ciudadanos. Dice que surgió para hacer posible el deseo de paz, seguridad, justicia, libertad y democracia.

“Despierta México busca superar las divisiones que nos han impuesto, consolidando la democracia y el progreso de México. Queremos evitar que vuelva la dictadura del PRI o que el país continúe en el camino del fracaso del PAN”, puntualiza.

Identificado con López Obrador, el movimiento se propone la paz y la prosperidad económica para todos los mexicanos a través de la participación política en el proyecto de regeneración de ese candidato presidencial.

“Apoyamos a Andrés Manuel, pues es el único líder actualmente capaz de proteger los intereses de los mexicanos y refundar nuestra nación para colocarla en el panorama global al nivel que le corresponde: una potencia mundial.”

Gurza enfatiza que se trata de unir a los mexicanos: “Yo le he dicho a Andrés Manuel y hoy se lo dije a Manuel Camacho, en la reunión que tuvimos: ‘Dejémonos de izquierdas y derechas, de liberales y conservadores, y que los de arriba, de abajo y del centro, eso lo único que hace es dividir al mexicano y no ponernos de acuerdo en lo que queremos’.”

Añade: “Le dije a Andrés: ‘Lo que necesitamos es pensar en un solo México y hacer un equipo con un programa de trabajo y una sola meta, que es generar empleos para darle oportunidades a la gente que no tiene, y acabar con la miseria. Generando empleos y buenos salarios y oportunidades ayudamos también a que vaya disminuyendo la inseguridad.”

El cambio, para él, exige también enseñar valores y terminar con el cacicazgo de Elba Esther Gordillo: “Eso es lo que necesita México: quitar a la profesora y todo el mugrero de falsedad, de educación que no hemos tenido en México”.

Panistas corruptos

La conversación se celebra en una relojería ubicada sobre la avenida Mazarik, en Polanco, y propiedad de su amigo Herminio Téllez, a quien convenció de independizarse y con quien de vez en vez se reúne a charlar.

Católico practicante, Gurza Obregón ostenta en el saco un dije con la imagen de Cristo Rey – “el que se avergüenza de su creencia no merece ningún respeto” –, se pronuncia porque “cada quien profese la religión que quiera” y atribuye la violencia y la corrupción a la pérdida de valores:

“Se oye raro, pero si en este país se respetaran los mandamientos de la ley de Dios, que vienen desde Moisés y que no son para los católicos, sino para todos, no tendríamos esto. Amar a tu prójimo como a ti mismo, no matar, no robar… ¡Es algo muy sencillo, son los derechos naturales y las obligaciones naturales!”

A Gurza lo ofuscan la corrupción y la impunidad, como las del clan Moreira, en especial el exgobernador: “Destruyó la moral de muchísimas personas de Coahuila, de quien no se creía que pudieran corromperse y las destruyó moralmente. ¡Es una vergüenza lo que ha escrito Catón por dinero. ¡No tiene vergüenza!”

–¿Qué hizo Armando Fuentes Aguirre, Catón?

–Lea sus escritos cómo defendió a Moreira, una persona que no es defendible por ningún concepto.

Lo mismo hizo Peña Nieto en la reunión que tuvieron hace dos años y que terminó de mala manera. “Después de hablar con él yo le dije: ‘No puedo apoyarlo ni acompañarlo en la campaña, no estoy de acuerdo con lo que está usted haciendo’. Y se puso en un plan grosero. ‘Me tengo que ir’, dijo. Ah, pues váyase”.

–¿Así terminó el encuentro?

–Así, bruscamente. No tiene capacidad para ser político y menos presidente. No es la manera de tratar a una persona que usted invita para que colabore con usted, y porque le diga que su compadre o su íntimo amigo es un corrupto se enoje. Bueno, ahí están las consecuencias: lo tuvo que quitar a fuerza, porque seguía apoyándolo, como presidente del partido.

Pero, además, Peña Nieto tiene otros pendientes: “¿Por qué como gobernador del Estado de México no hizo nada contra su pariente Arturo Montiel, que todo mundo dice que es un corrupto, hasta su segunda esposa? Porque no tienen vergüenza. Cómo se puede confiar en una persona de esas para gobierne el país. No se puede tener confianza en él.”

Los panistas tampoco se salvan: “En el caso de Fox, por ejemplo, a mí me decepcionó. Habiendo votado y habiendo hecho lo imposible por que llegara, creo que su señora le ha hecho mucho daño. ¿Por qué, habiendo tenido la oportunidad de hacer toda una limpieza, no lo hizo? Para mí es una incógnita.”

De Calderón rescata el combate al crimen organizado, pero alude a prácticas fraudulentas en el PAN y las corruptelas de panistas en los gobiernos: “Los panistas corruptos son más culpables que los priistas corruptos, porque al menos éstos ya saben que pueden robar y ser impunes, pero que los panistas lo hagan no tiene perdón de Dios. Porque precisamente el PAN se creó como un partido en defensa de México y contra la corrupción y la impunidad.”

Y sobre su amiga Vázquez Mota, a quien califica de respetable y a quien invitará también a Torreón para que hable ante la comunidad, Gurza la compara con López Obrador:

“Tendríamos dos buenos candidatos: Andrés Manuel y Josefina. Josefina no ha llegado a gobernar como Andrés Manuel y con él tenemos la experiencia de que gobernó bien. Comenzó con los pisos elevados, en los que nadie creía, no se ha caído ninguno, ni cobró comisiones con la hechura, ni hay nadie que diga y hubo corrupción, nadie”.

–El PAN sí ha sido crítico.

–Podrá haber sido, pero no puede calumniarlo en el sentido de que robó o que fue deshonesto, y si lo dice y si lo afirma alguien en el PAN, es deshonesto o es desconocedor.

–Corre riesgo de que lo expulsen, como a Manuel Espino.

–A mí no tienen por qué expulsarme. Antes de que me expulsen, me retiro. ¡Yo no cometí ningún acto en contra del partido, ninguno! Que piense diferente y no esté de acuerdo con cómo han actuado políticamente, es mi derecho, es mi libertad y es mi creencia. Y si creo, y es mi derecho y mi libertad, lo puedo hacer, ¿por qué no?

Apoyado por su familia en su definición política, el empresario lagunero acepta que ha recibido críticas: “Me ha reclamado mucha gente. ¿Por qué estoy con Andrés? Porque quiero, porque soy libre. ¿Para qué les contesto más? Si me pongo a dar explicaciones hay unos que no van a entender. ¡Hay unos que me han calificado de traidor! Pero por teléfono, no en persona.

–¿Cómo?

–Hubo uno que le hablé para felicitarlo por Navidad y Año Nuevo y me contestó horriblemente. No le contesté nada por respeto a la amistad anterior. No creo que yo merezca de mi amigo tratarme como me trató. ¡Yo no soy traidor de nadie! Si yo no me estoy traicionando a mí mismo, ¿por qué me llama traidor? Pienso diferente en materia política, eso no es traición.

–¿Fue un panista?

–Vino de una persona que quiero mucho. Algún día él se va a arrepentir de cómo me ofendió. No doy su nombre, pero es una de las personas que más me han lastimado en mi vida por la forma, el tono y lo que me dijo. Me quedé callado y aguanté el insulto, sin merecerlo.

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