viernes, mayo 25, 2012

Vivimos en una cultura que confunde grandeza con grandote: Galeano

*El escritor presenta en Madrid su libro Los hijos de los días, publicado por Siglo XXI
*La plaza pertenece a todos, pero los altavoces están en poquitas manos, dice a La Jornada
*"Cuando alguna gitana quiere leerme el porvenir, le pago para que no cometa esa crueldad"
Eduardo Galeano (Montevideo, 1940)

 
El escritor Eduardo Galeano (Montevideo, 1940) nació bajo el signo de Virgo; por tanto, soy un perfeccionista insoportable. Por eso su nuevo libro Los hijos de los días tuvo 11 versiones antes de ser publicado por Siglo XXI Editores.
Lanzado el pasado abril, el volumen agota su primera edición. Se presentó en Uruguay, Argentina y ahora en España. Se prevé que a finales de este año el autor de Las venas abiertas de América Latina regrese a México con esas 366 historias bajo el brazo.
Galeano se ha convertido en el guardián de esas pequeñas historias que conforman la Historia. Vivimos presos de una cultura universal que confunde la grandeza con lo grandote. Yo creo, o más bien dicho yo sé, por experiencia, que la grandeza alienta, escondida, en las cosas chiquitas, las pequeñas historias de la vida cotidiana que van formando el colorido mosaico de la historia grande. No es fácil escuchar esos susurros cuando malvivimos la vida convertida en espectáculo estrepitoso y gigantesco, responde a La Jornada en entrevista por correo electrónico.
Tiraje de 13 mil ejemplares
Los hijos de los días, cuyo tiraje fue de 13 mil ejemplares, está escrito en forma de calendario, un contador de días bisiesto (como fue este 2012), y cada página es una pequeña historia de muchos temas: la mujer, el poder, los mayas, las culturas originarias, el hombre, el poder, la legalización de las drogas (del cual se ha manifestado en favor en varias ocasiones), México, la lucha contra las drogas que, como escribió en la entrada del 27 de octubre, está convirtiendo a México en un enloquecido matadero.
Obviamente, dice, “hay que legalizar (las drogas). No se legalizan porque son el negocio más lucrativo del mundo, y en el mundo, tal cual es, lo que es rentable es bueno. Las prohibiciones funcionan al revés: regalan publicidad gratuita a lo que prohíben. La ley seca hizo multimillonario a Al Capone”.
Es un volumen que no cabe en ninguno de los géneros y, sin embargo, es todos: periodismo, literatura, música, poesía. El libro en forma de calendario ofrece una estructura tentadora, pero también opresora. Este libro me costó mucho más trabajo que los anteriores, justamente porque tenía menos libertad para articular las historias en función de su ritmo narrativo: el almanaque mandaba, y yo no tenía más remedio que obedecer, pero me las arreglaba para que, por debajo de las palabras, los ríos subterráneos condujeran los ritmos. Y al cabo de más de cuatro años de trabajo, trabajo de noches y días, creo que fui logrando que esos ríos fluyeran con bastante libertad.
Los hijos de los días se inspira en una versión del Génesis que escuché, hace añares, en una comunidad maya de Guatemala, y que ahora abre el libro tal como la guardó mi memoria. Eso condujo a todo lo demás: si somos hijos de los días, nada tiene de raro que cada día contenga una historia para ofrecer. Porque nosotros, sus hijos, los humanitos, estamos hechos de átomos, pero también estamos hechos de historias. Y las historias fueron apareciendo, a medida que el libro se echaba a andar, como los días.

Leer mas AQUI.

No hay comentarios.: