jueves, julio 19, 2012

HSBC La red política PRI, PEMEX y CNBV

Cuando se habla del lavado de dinero en HSBC parece concentrarse en el crimen organizado. Pero existe otra veta, la del lavado de dinero de los políticos. El hijo de un ex presidente y el primo del director de PEMEX son figuras clave dentro de este banco sometido hoy al escrutinio en los Estados Unidos

Las siglas HSBC están hoy ligadas inevitablemente al lavado de dinero. Las evidencias puestas sobre la mesa en el Congreso estadounidense son incuestionables.
Ese lavado de dinero se pretende centrar en el blanqueo de los dineros del narcotráfico y del crimen organizado. Pero existe otra veta que no se puede esconder: la del lavado de dinero de los políticos.
Son los fondos provenientes de la corrupción, de las comisiones por los contratos de las grandes paraestatales, de la ordeña que los gobernadores hacen de las haciendas estatales.
Y en ese territorio, HSBC lleva la delantera. Prominentes políticos que tienen vinculaciones cercanas con el PRI, con Pemex y con la Comisión Nacional Bancaria y de Valores son ahora altos ejecutivos en la cuestionada corporación que preside Luis Peña.
Enrique de la Madrid, hijo del ex presidente Miguel de la Madrid, es su director de Relaciones Institucionales y Comunicación Corporativa.
Y Esteban Levín Balcells, hijo del legislador priista Oscar Levín Coppel y primo del director de Pemex Juan José Suárez Coppel, es director de Banca de Inversión.
Las posiciones no son casuales en el marco de las investigaciones que realizan las autoridades norteamericanas en torno al lavado de dinero a través de HSBC México.
Enrique de la Madrid Cordero es más que el hijo del ex presidente priista que sucedió a Carlos Salinas de Gortari.
De 1994 a 1998, fue el coordinador general técnico de la Presidencia de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, el órgano regulador de la banca en México.
De 2003 a 2006, fue diputado federal por el PRI en la 58 Legislatura, y durante la actual administración panista se desempeñó como director de Banrural.
Su experiencia a su paso por la CNBV es, sin duda, un valor estratégico ahora que es directivo de HSBC México.
Esteban Levín Balcells es más que el hijo del destacado legislador priista Oscar Levín Coppel, quien fue presidente de la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef) y compañero de escuela de Carlos Salinas de Gortari.
El currículum del directivo de Banca de Inversión de HSBC México incluye una larga trayectoria en Pemex, a la sombra de su primo Juan José Suárez Coppel.
La madre del director de Pemex y el padre de Esteban –Oscar Levín Coppel– son primos hermanos. Por eso no fue difícil su integración a la paraestatal.
De hecho, Esteban Levín se inició en la Oficina de Relación con Inversionistas cuando Juan José Suárez Coppel era el director de Finanzas.
Tras su paso por la Tesorería de la paraestatal, Esteban Levín Balcells fue ascendido a director de Finanzas una vez que su primo asumió la Dirección de Pemex.
Después, en diciembre de 2010, Luis Peña lo habría invitado a convertirse en alto ejecutivo de HSBC como responsable de Banca de Inversión.
Es decir, dejó la Dirección Financiera de la empresa más próspera de México para convertirse en ejecutivo bancario.
Esteban Levín Balcells es el mismo que en 2002 se vio involucrado en el escándalo de la discoteca Rouge en la Colonia San José Insurgentes de la Delegación Benito Juárez.
De acuerdo a información publicada en su tiempo por el diario La Jornada, la disputa fue por la adquisición del inmueble que el Instituto Nacional de Bellas Artes tenía catalogado como un edificio de valor artístico.
El ahora director de Banca de Inversión de HSBC habría participado con su socio Samuel Kreimerman en una compra triangulada de esa propiedad.
Según los expedientes, Banorte pagó por el inmueble de 1,072 metros cuadrados, 2 millones 60 mil pesos a la Dirección General de Servicio de Transportes Eléctricos.
En 1996, Levín y Kreimerman pagaron por esa propiedad un peso con 15 centavos, de acuerdo al asiento de la inscripción en propiedad del Registro Público.
Se forma un curioso triángulo entre HSBC y Pemex cuando entra en la ecuación un tercero: Antonio del Valle Ruiz.
Como exitoso y reconocido hombre de negocios, Antonio del Valle fue el banquero que en 2002 –durante la fiebre de la venta de bancos mexicanos a extranjeros– vendió Banco Bital al Hong Kong and Shanghai Banking Corporation (HSBC).
La operación de venta del que en ese momento era el quinto banco mexicano, controlado por las familias Del Valle, Berrondo, Esteve y Sánchez Navarro, tuvo un valor de mil 140 millones de dólares, pagados en efectivo.
El espíritu emprendedor de Antonio del Valle Ruiz se volcó entonces hacia Mexichem, corporación modelo de la petroquímica en México que domina, entre otros ramos, la producción de tubería de PVC.
Sin embargo, el exponencial crecimiento de la nueva empresa del ex dueño de Bital –hoy HSBC– no sería el mismo sin las alianzas estratégicas con Pemex, que datan de los días en que el hoy ejecutivo del cuestionado banco era director de Finanzas de Pemex, y su primo Juan José Suárez Coppel era director de la poderosa paraestatal.
¿Alcanzarán las investigaciones del lavado de dinero de HSBC a citar a los ejecutivos ligados al PRI, a Pemex y a la CNBV para que aporten datos a las indagatorias?

ATRAPADOS EN EL 'TRIÁNGULO DE LAS BERMUDAS'

HSBC, Monex y Consultoría Internacional forman parte de un grupo de empresas que han sido señaladas por lavado de dinero, de acuerdo a Gabriel Reyes Orona, ex Procurador Fiscal de la Federación

Por Georgina Howard

“No hay casualidades ni coincidencias”, Estados Unidos conocía muy bien el problema del llamado “Triángulo de las Bermudas” integrado por HSBC, Monex Casa de Cambio y Consultoría Internacional, asegura Gabriel Reyes Orona, consultor en temas financieros y ex Procurador Fiscal de la Federación
Estados Unidos vigilaba, desde años atrás, las operaciones de estas entidades y le notificaba a México, pero la Comisión Nacional Bancaria se encontraba completamente capturada por estos intermediarios.
Había muestras claras de que las revisiones, intervenciones y auditorías que se llevaban a cabo “eran analizadas y descremadas por los vicepresidentes de la CNBV”, dice Reyes Orona.
El objetivo: eliminar los hallazgos encontrados por los auditores, a sabiendas que la Comisión no daba seguimiento a las operaciones cambiarias en efectivo.
Pero además desmiente que los recursos de dudosa procedencia vengan de 2002 cuando HSBC adquirió Banco Bital.
“Es ridículo el planteamiento pues la gran acumulación de efectivo que manejaba el banco británico, se dio después del 2006”.
Se sabía desde entonces, dice a Reporte Indigo, pero no se indagó de dónde provenía ese dinero. Tampoco se impusieron sanciones contundentes a la institución.
Leer articulo completo AQUI.
http://youtu.be/6Ed-7G2fN88

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